Hay oficios que no gustan tantos como otros y el de enterrador posiblemente sea uno de ellos. En Aranda de Duero (Burgos) ya no saben que hacer para cubrir las plazas necesarias de este servicio esencial. El Ayuntamiento ha convocado hasta oposiciones para cubrir las plazas vacantes, pero aún el problema no está solucionado. Necesitan enterradores sea como sea.
De hecho, en este municipio burgalés es habitual ver a los propios familiares del difunto ayudar al enterrado a realizar las diferentes maniobras del sepelio. Y es que, solo hay un enterrador para una población de más de 32.000 habitantes. La plantilla municipal cuenta con cuatro plazas de enterrador, pero solo un empleado.
Los problemas son evidentes cuando este empleado se ve obligado a no descansar ni fines de semana ni vacaciones, por lo que prepara ya denuncia. Además de todos los inconvenientes de contar con un solo operario que impide la realización del sepelio con normalidad y sin que tengan que «echar una mano» los familiares del difunto.
Hace un tiempo el Ayuntamiento convocó unas oposiciones para cubrir las plazas de enterrador, pero sigue aún desiertas. Ahora se habla de una «bolsa de trabajo». El caso es que este oficio, quizá poco grato, no encuentra candidatos para tres puestos de empleo en Aranda.