Pensiones y pensionistas, todo lo que necesitas saber.
El sistema público de pensiones es fundamental para garantizar el bienestar y la solvencia económica de casi 8,9 millones de personas en España. Un número que no ha parado de crecer: a principios de 2005, los pensionistas apenas superaban los 7,3 millones.
En los últimos años, el déficit estructural de este sistema ha ocupado portadas y centrado gran parte del debate político. Saber cómo funciona es fundamental para entender los retos a los que se enfrenta el Estado y la viabilidad futura de la jubilación tal y como la entendemos. Analizamos cómo funciona el sistema público de pensiones en España y los desafíos a los que se enfrenta.
¿Cómo funciona el sistema de pensiones en España?
ada año que pasa, surgen más dudas sobre si habrá dinero suficiente para pagar las pensiones de los futuros jubilados. Hay muchos factores que acrecientan estos temores, como el aumento del gasto tras la última revalorización de las pensiones, la jubilación de la generación del baby boom a partir de 2023, el déficit de la Seguridad Social… Cuestiones que no hacen más que incrementar las incógnitas sobre el futuro de nuestra jubilación.
Parte de esta incertidumbre tiene como resultado el aumento del patrimonio dedicado a planes de pensiones. Para entender por qué estas cuestiones suponen un problema en los próximos años, hay que saber cuál es el funcionamiento del sistema de pensiones.
En España, el sistema encargado de la gestión de las pensiones de jubilación (y de las pensiones en general) es la Seguridad Social. Esta institución nace, tal y como la conocemos hoy, como consecuencia del artículo 41 de la Constitución Española, que dice así:
Por tanto, hay que destacar que cuando hablamos de pensiones no nos estamos refiriendo única y exclusivamente a la de jubilación. También estaríamos hablando de las prestaciones de desempleo, de viudedad, de orfandad… ¿Y cómo se establece el funcionamiento de estas pensiones? En el caso de nuestro país, el sistema de pensiones se rige por cinco principios básicos:
Principio de reparto
Las cotizaciones de los trabajadores en activo se destinarán a financiar las prestaciones del momento.
Principio de proporcionalidad contributiva
El importe de la prestación estará directamente relacionado por las cantidades que los trabajadores hayan ido aportando al sistema y al periodo de cotizaciones efectuadas.
Principio de universalidad
Aquellas personas que no hayan contribuido al sistema pueden acceder a prestaciones de nivel no contributivo para cubrir las necesidades más básicas.
Principio de gestión pública
El sistema encargado de las prestaciones estará gestionado y financiado por entidades públicas.
Principio de suficiencia de prestaciones
Las prestaciones han de ser suficientes para asegurar que las necesidades protegidas se encuentran protegidas.
Pero ¿de dónde provienen esos fondos? Pues de las aportaciones de todos los trabajadores y las empresas del país, que van a parar a la llamada ‘caja única’, y de ahí a las personas que perciben esas pensiones. Es decir, los ingresos por las cotizaciones de los trabajadores se convierten inmediatamente en la prestación que recibirán los pensionistas y aquellas personas que reciban pensiones, apoyándose en lo que se denomina solidaridad intergeneracional.
Sin embargo, aunque el sistema puede ser solvente, en los últimos años han surgido dudas en relación a un problema de sostenibilidad financiera. Actualmente, hay 2,2 trabajadores por pensionista. Esto significa que por cada persona que recibe una pensión, hay dos trabajadores que la sostienen con su trabajo. El problema ya no surge ahí, sino mirando el futuro.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2052 el grupo de población de mayores de 64 años habrá crecido en siete millones, mientras que la población entre 16 y 64 años (aquellos en edad de trabajar) se verá reducido en diez millones. A efectos prácticos, eso se traduce en que para ese año, cada trabajador tendrá que sostener a un pensionista.
Funcionamiento del sistema de pensiones
Una vez explicados los principios que sirven como estructura del sistema de pensiones, vamos a profundizar en cómo funciona. Para empezar, el organismo encargado de administrar los fondos recaudados y otorgar las pensiones, tal como especifica el cuarto principio, es la Seguridad Social.
La caja única y los principios del sistema
El organismo encargado de gestionar el sistema público de pensiones en España es la Seguridad Social. Su funcionamiento se basa en un principio de reparto: todos los trabajadores en activo contribuyen a una ‘caja única’ mediante el pago de cotizaciones. Con los fondos de esta caja se pagan las pensiones de jubilación y el resto de prestaciones sociales públicas (pensiones por viudedad y orfandad o el desempleo, por ejemplo).
Este sistema se basa en el principio de la solidaridad financiera: los trabajadores en activo sufragan las pensiones de aquellos ya jubilados, mientras que en el futuro ellos mismos se verán beneficiados del trabajo de las próximas generaciones.
La cuantía de las prestaciones va en relación a lo aportado económicamente a la Seguridad Social a lo largo de la vida laboral, siguiendo el principio de proporcionalidad contributiva. De esta manera, aquellos que han cotizado más y pagado cuotas más altas recibirán una pensión también más alta.
Es importante tener en cuenta que la pensión debe ser suficiente para garantizar un nivel de vida similar al que se tenía cuando se recibía un salario, de acuerdo con el principio de suficiencia de prestaciones.
Aquellos que no han contribuido económicamente al sistema (o lo han hecho, pero sin alcanzar los niveles mínimos) acceden a un nivel de prestaciones no contributivo, que cubre las necesidades más básicas. De esta forma, y siguiendo el principio de universalidad, todos los ciudadanos tienen acceso a servicios mínimos.
¿Quién tiene derecho a recibir una pensión?
En el momento de la jubilación, los trabajadores comienzan a recibir una remuneración mensual de carácter vitalicio. El primer requisito para recibir una pensión de jubilación contributiva es haber estado afiliado y haber contribuido a la Seguridad Social.
El segundo es alcanzar la edad estipulada. Pueden jubilarse a los 65 años de edadaquellos trabajadores que hayan alcanzado los 36 años y nueve meses cotizados.
Por último, es necesario alcanzar el periodo de cotización mínimo, actualmente fijado en 15 años.
¿Cómo se calculan los importes?
La cantidad final que los pensionistas reciben cada mes se calcula como un porcentaje de las cotizaciones y depende de la edad de la jubilación y los años trabajados. Se tienen en cuenta las bases de cotización de los últimos 22 años.
Para hacer el cálculo, se comienza a contar desde el mes anterior a la jubilación.