Los vecinos abandonan sus pisos afectados por el olor del cuerpo en descomposición de una mujer que llevaba fallecida 10 días en un edificio de Vigo
En una escena digna de una película de suspenso, los residentes del número 32 de la calle México en Vigo, Galicia, han sido arrastrados a una situación surrealista y desagradable. Un olor nauseabundo invadió las zonas comunes del edificio, llevando a los vecinos a abandonar sus hogares en busca de aire limpio y alivio.
La comunidad de vecinos, preocupada por el olor penetrante que se asemejaba a la podredumbre, inicialmente sospechaba que algún descuido con la basura podría haber causado la desagradable fragancia. Sin embargo, lo que parecía una preocupación trivial se convirtió en una macabra revelación que asombró a todos. Después de varios días de incertidumbre y preocupación, la verdad salió a la luz: una vecina levaba fallecida en su apartamento durante más de una semana.
La mujer, de más de cincuenta años, vivía sola y su ausencia había pasado desapercibida por algún tiempo. Fue solo cuando uno de los residentes se percató de su prolongada ausencia que la oscura realidad se hizo evidente. Las autoridades fueron alertadas y, al ingresar a la vivienda, descubrieron un escenario desgarrador. El cuerpo de la mujer, en avanzado estado de descomposición, confirmó que había estado sin vida por al menos diez días.
El levantamiento del cadáver marcó el comienzo de una pesadilla para los residentes. El olor fétido se había infiltrado en cada rincón del edificio de cuatro plantas y múltiples apartamentos. A medida que el hedor persistía, los vecinos tomaron medidas drásticas para escapar de la repugnante atmósfera. Una vecina, que vivía junto a la fallecida, se vio obligada a mudarse temporalmente al hogar de su pareja en el barrio de Teis, llevando consigo a su hija de siete años. Pero no fue la única. Otros residentes, igualmente afectados por la situación, también abandonaron sus apartamentos en busca de refugio.
La magnitud del problema se hizo evidente cuando se reconoció que la desinfección profunda del apartamento de la fallecida y del edificio en su conjunto era esencial para recuperar la normalidad. Los vecinos se vieron confrontados con la posibilidad de un proceso prolongado antes de poder regresar a sus hogares. En algunos casos, puede ser necesario recurrir a técnicas como el tratamiento de ozono para eliminar los olores persistentes y asegurar la habitabilidad.
En su búsqueda de soluciones, los vecinos se presentaron en el juzgado de guardia, buscando claridad y respuestas. Sin embargo, la respuesta obtenida fue insuficiente para aliviar sus preocupaciones. La esperanza ahora recae en el hijo de la fallecida, quien, se espera, haya contratado una empresa de limpieza para abordar el problema y permitir que los residentes regresen a sus hogares lo antes posible.