Mario Picazo nos mete el miedo en el cuerpo con el huracán que se acerca a España. últimamente el presentador está que no para e insiste en que al final del verano en España se va a montar un huracán. ¡Sí, como lo oyes!
Parece que tiene una bola de cristal meteorológica. Hace unas semanas soltó una predicción que nos dejó a todos con los ojos como platos. Según él, iba a caer en nuestro país un huracán de los gordos, de esos que cambian el panorama por completo.
Un verano cargado de todo
Vaya verano hemos tenido; con temperaturas de locura, olas de calor que parecían sacadas de una película y el riesgo de incendios pegando fuerte. Y ahora, para rematar el verano, Picazo nos suelta que se avecina un huracán. Lo dijo en sus redes sociales, así que no es una broma o al menos así lo manifiesta. Y no, no es el típico torbellino de aire fresco que te revuelve el pelo, es un verdadero bicho ciclónico, según la descripción del presentador.
Este genio de la meteorología avisa a todos: «El Mediterráneo está como una sopa caliente, batiendo récords de temperatura y echando una cantidad brutal de vapor de agua al aire. La temperatura del agua en conjunto está más subida que la fiebre de un niño, ronda los 28 grados en promedio». Y sí, lo hemos sentido en carne propia, con temperaturas que más bien parecían récords olímpicos.
Un huracán tamaño real
Según Picazo, eso es el caldo de cultivo perfecto para que, con las condiciones atmosféricas justas (del tipo que suelen acompañar a los huracanes del Atlántico), aparezca un huracán en escena. Es decir, que estamos en la recta final del verano y, en lugar de disfrutar de una brisita fresca, podríamos estar lidiando con un huracán de tamaño real.
El huracán, un efecto destructivo
Las ráfagas de aire fresco podrían ser las responsables de activar este remolino anormal que daría lugar a huracanes que pasarían por nuestras costas en esta última etapa del verano. A lo mejor no nos darían un abrazo directo, pero sus efectos podrían ser de lo más destructivos. A esperar toca para ver si este vaticinio meteorológico se hace realidad. ¡Vaya final de verano nos espera!