Diario Sur analiza lo que se desprende del auto emitido por la magistrada que acusa directamente a uno de los implicados de haber cometido un homicidio por imprudencia grave.
En este mismo auto, ha declarado concluida la fase de instrucción y ha dado orden de que sigan las actuaciones. Ha otorgado un plazo de diez días a las partes para que soliciten la apertura de un juicio oral a través de un escrito de acusación o que pidan el sobreseimiento de la causa.
La conclusión a la que llega la jueza es que David Serrano, el propietario de la tristemente conocida finca de Totalán en la que el pequeño Julen se precipitó por un pozo, dejó mal cerrado el pozo por el que se cayó.
Los días 17 y 18 de ese mismo mes se realizaron dos pruebas de perforación
En el auto se ofrece una descripción detallada de lo que ocurrió aquel día. Según Diario Sur, David compró la finca en octubre de 2018 y contrató a Antonio Sánchez, el famoso pocero, para realizar la intervención en la finca a través de un contrato verbal. Los días 17 y 18 de ese mismo mes se realizaron dos pruebas de perforación, una de las cuales alcanzó 110 metros de profundidad en la que no se encontró agua, se decidió, por tanto, tapar el agujero con una piedra.
Después de obra del pocero, David continuó trabajando en la misma finca realizando una zanja en forma de ‘L’ en la que se construiría un muro de contención. Dicha obra se realizó el pasado 5 de enero, quedando al final del foso el pozo, en el cual no se encontró agua.
Aquella prospección se tapo con tan solo una piedra, pero, según la versión del auto de la jueza, David regresó a la finca a los pocos días para realizar unas mediciones, y fue cuando dejo el pozo al descubierto con el peligro que conllevaba.