La polémica entre el hermano de Ayuso y la presidenta de la Comunidad de Madrid continúa
La polémica existente con el hermano de Ayuso, Tomás Díaz Ayuso y la presidenta de la Comunidad de Madrid por adjudicar de forma irregular un contrato de compra de mascarillas a un conocido cuando nos encontrábamos en el momento más crítico de la pandemia continúa y parece no tener fin. Hace prácticamente una semana esta «bomba» saltó en Génova, la sede nacional del Partido Popular, donde se confirmó que el presidente del partido, Pablo Casado había estado investigando a través de un detective privado a la presidenta de la Comunidad de Madrid por las supuestas irregularidades en este contrato en el que se favorecía al hermano de Ayuso, Tomás.
En la sede del Partido Popular, pidieron explicaciones a Isabel Diaz Ayuso sobre este contrato que no parecía ser muy legal. Pero a pesar de las peticiones de Pablo Casado, Ayuso decidió no aportar las facturas que el presidente del PP le exigió para comprobar que no había favorecido a su hermano con el contrato de las mascarillas. La realidad es que la polémica no ha tardado en saltar a la prensa y a día de hoy existe una auténtica «guerra» en Génova, en la que probablemente tanto Casado como Ayuso se vean afectados e igual acaben abandonando el Partido Popular a causa de las acusaciones.
El hermano de Ayuso vendió mascarillas KN95 en vez de las FFP2-FFP3 que ofertó, incumpliendo el contrato
El famoso contrato de las mascarillas del hermano de Ayuso tiene irregularidades como lo son la venta de mascarillas de peor calidad a las que venían estipuladas en el contrato que se firmó en plena pandemia. En el contrato venía estipulado que las mascarillas que se iban a ofertar eran las que más protegían según los estándares de protección homologados por la Unión Europea, es decir, las FFP2 y las FFP3. Pero la realidad es que, a la hora de la verdad, las mascarillas que se ofertaron fueron de menor calidad y de menor protección, como lo son las denominadas «KN95«
Las mascarillas del tipo «KN95» no pasan el mismo tipo de controles que las FFP2 y las FFP3, por lo que, su calidad de filtrado no es semejante a las que más protegen. La empresa «Priviet Sportive S.L» fue la encargada de importar material sanitario en IFEMA, siendo el coste de cada mascarilla de 6,05 euros con IVA incluido. El problema se encuentra en que, en el contrato viene estipulado que las mascarillas que iban a llegar al Pabellón de Ifema iban a ser FFP2-3, pero de este tipo no llegaron ninguna, siendo todas de menor calidad, las «KN95».
Además, hay que hacer hincapié en que, Isabel Diaz Ayuso ha afirmado haber pagado el importe que se pedía en esos momentos por mascarillas de ese tipo, pero la realidad es que las obtuvo por un precio más elevado en comparación con otras empresas del mercado de material sanitario.
Laura Aller