Las imágenes de las cámaras de seguridad no dejan dudas. El trabajador se encontraba comiendo un helado cuando llega la Guardia Civil al establecimiento (un bar), que ya ha cerrado. Son las cuatro de la mañana y el empleado les abre. Los agentes de la Guardia Civil le indican que han acudido porque un vecino ha alertado del robo en el establecimiento.
El trabajador les explica que él trabaja allí y que llamen a la propietaria para comprobarlo. Lejos de hacerlo, uno de los agentes lo reduce bruscamente. Lo pone boca a bajo y coloca una de sus rodillas en su espalda, le intenta esposar. Le sacan a rastras del local donde trabaja. El empleado acabó inconsciente en el cuartel de la Guardia Civil.
La historia ha dejado impresionado al pueblo donde ha ocurrido en Molina de Aragón (Guadalajara). Los agentes de la Benemérita están siendo investigados. El joven detenido injustamente presentó diferentes dolores en las articulaciones debido a la brusquedad de los agentes. El trabajador es de origen iberoamericano.