El Ayuntamiento del municipio organizó una gincana con menores en la que no se informaba del contenido extremadamente subido de tono.
El suceso ocurrido en Vilassar de Mar, en Barcelona, en una gincana en la que participaban menores. Algunas de las pruebas consistían en colocar preservativos a un plátano con la boca o emular actos subidos de tono. Algunos padres se están planteando denunciar.
Debido al contenido de la gincana, algunas familias se están planteando denunciar al Ayuntamiento por haber organizado estas pruebas con menores. Los niños y niñas, a partir de doce años, tenían que superar pruebas como, por ejemplo, poner un preservativo con la boca o hacer penes y vulvas con plastilina.
Las familias no entienden nada y el Ayuntamiento, por su parte, dice que asume un error de comunicación por no haber explicado específicamente a las familias en qué consistían estas pruebas pero, sin embargo, dicen que el único objetivo era fomentar la educación sexual entre los jóvenes.
La gincana con menores organizada por el Ayuntamiento
La gincana con menores la organizaba el Ayuntamiento de Vilassar de Mar, en el cartel que la anunciaba sólo aparecía «gincana nocturna». Es lo que más ha indignado, que nadie sabía lo que se iban a encontrar y una de las madres comenta «por ejemplo la actividad de chupar el preservativo».
El único error que reconoce el Ayuntamiento, como indica la Concejala de de Juventud, es que «pido perdón por no haber explicado a los padres el contenido de las pruebas».
Para el Consistorio se trataba de un taller lúdico de educación sexual, pero para algunos padres era más bien «juegos eróticos para niños a una edad que no toca», define uno de los padres. Hubo juegos para niños como, por ejemplo, que los menores simularan posturas con un globo como barrera entre sus cuerpos «con el objetivo de chafar el globo de agua».
Algunos padres estudian denunciar al Ayuntamiento porque, además, la actividad tuvo lugar en la calle a la vista de todos. Una madre relata que «estamos preguntándonos qué puede estar circulando de imágenes de nuestros hijos chupando un supuesto palo». Imágenes que temen que acaben en las redes sociales. Los padres advierten que no están en contra de la educación sexual pero «siempre con delicadeza y con respeto», comenta la madre.
Este tipo de talleres se ven envueltos en la polémica a menudo sobre todo cuando los padres de los menores no tienen un conocimiento exacto de lo que les van a enseñar a sus hijos.