Ricardo González, el juez que emitió su voto particular discrepante en la sentencia de «La Manada», ha sido expedientado en siete ocasiones. En seis de ellas ha sido sancionado por faltas graves o muy graves, convirtiéndose en uno de los magistrados más penalizados por el sistema judicial.
Nuevas informaciones que crean aún más polémica en torno a la figura de este juez. El primer expediente fue en 1996 por incumplimiento injustificado y reiterado del horario de audiencia pública, siendo sancionado con 200.000 pesetas. Ese mismo año fue expedientado por la misma causa, siendo multado con 55.000 pesetas.
Pero, en el año 2000, sufrió la suspensión del ejercicio de su magistratura durante seis meses por una falta muy grave.
¿Cuál fue la causa?
El juez tardó más de dos años en crear una resolución judicial para una causa de divorcio. Según dicta la ley, «Por desatención y retraso injustificado y reiterado en la iniciación, tramitación y resolución de los procesos y causas y por la ignorancia inexcusable en el cumplimiento de los deberes judiciales».