Mañana viernes se leerá la sentencia que condenará a prisión, con casi total seguridad, a Félix Steven Manrique, el conocido como gurú sexual peruano, acusado de captar y explotar a la joven alicantina Patricia Aguilar. El tribunal encargado de dictar sentencia ha convocado a las partes y al acusado a las 15.30 h (hora local de Lima) en la sala de diligencias judiciales de la prisión de Lurigancho, donde el líder de la secta está en prisión preventiva desde julio de 2018.
Los familiares de las víctimas del gurú habían alertado esta semana que el próximo día 3 de abril, miércoles, expiraba la prisión provisional y que Manrique quedaría en libertad. Algo que “no pasará” porque, según aseguran fuentes cercanas al caso a La Vanguardia, “la lectura pública de una sentencia en Perú siempre implica la condena del procesado”. Así las cosas, a falta de la confirmación de lo que se da como algo seguro en fuentes judiciales, sólo falta saber a cuántos años de prisión se castiga al autodenominado Príncipe de Gurdjieff.
La fiscal del caso ha solicitado un total de 26 años y 8 meses de cárcel por un delito de trata de personas cometido contra la española Patricia Aguilar y otras cuatro mujeres más de nacionalidad peruana. Todas ellas fueron sometidas sexualmente y laboralmente, según el escrito de acusación de la Fiscalía, que también incluye otros agravantes como el intento de captación y abusos contra otra menor de edad, cuando la niña tenía 6 años, siendo ésta además hermana de una de las esposas captadas por el gurú.
La pena mínima a la que se enfrentará Manrique será de 12 años de prisión sin posibilidad de beneficios penitenciarios. Aunque desde la acusación se espera una condena mayor, que pueda superar los 20 años, al considerar probados los cinco casos de trata y abusos a las víctimas del gurú. También se espera que la situación de desnutrición y abandono en la que se encontró a los cinco menores en el momento del rescate en la zona selvática de Pangoa y la alarma social que despertó el caso eleven la pena hasta los 26 años y 8 meses de cárcel.
La Fiscalía no duda en asegurar que Manrique “explotó sexualmente a la agraviadas haciéndoles creer que en la medida en que mantuvieran más relaciones sexuales con él, podrían llegar a un estado iluminado, a ser seres superiores”. Para doblegar su voluntad no dudaba en utilizar sustancias alucinógenas como ayahuasca u hojas de coca, privación de sueño, recitar mantras durante horas y ver cómo mantenían relaciones sexuales unos con otros. Algo que el acusado niega, declarándose inocente de todos los cargos que se le imputan.
Patricia Aguilar, captada a través de Facebook en 2015 cuando ella tenía 15 años y vivía con sus padres en Alicante, ha asegurado a los peritos que “yo ya sabía que él tenía sus hijos y su esposa” y se refería al resto de captadas como de sus “hermanas”. De hecho, Manrique la agregó a un grupo de Whatsapp “familiar” para que fuera conociendo a sus otras esposas antes de fugarse a Perú.
El grado de manipulación a distancia de la menor española llegó a tal punto que Félix Steven era quien le daba permiso para depilarse, con mensajes enviados desde Perú a una joven Patricia que tenía entonces 16 años: “Puedes depilarte. Pero no pelvis. Solo muslos. Entre piernas. Si gustas cerca de labios vaginales. Te amo esposa mía [sic].”
La joven española huyó para reunirse con su gurú en Lima en enero de 2017, nada más cumplir los 18 años. Eso sí, habiéndole proporcionado un total de 2.700 euros que sirvieron para “el mantenimiento del investigado”. También Patricia quedó embarazada, dando a luz sola y sin asistencia médica, en una pequeña habitación alquilada en una zona rural al norte de Perú y con la única compañía de sus hermanas de secta.
En total, cinco mujeres víctimas de este gurú, siete niños como fruto de sus prácticas sexuales, y unas familias que esperan con nerviosismo la lectura de la sentencia mañana. Aunque podrá recurrirse por todas las partes, evitará que Félix Steven Manrique, el Príncipe de Gurdjieff, abandone la prisión y pueda desaparecer de nuevo en las tinieblas.