El consumo del carbón aumentará por la crisis de Ucrania y Rusia, ya que éste mineral permitiría no depender en mayor medida de la necesidad de adquirir petróleo y gas, que están en el mercado internacional , a precios máximos históricos.
El consumo del carbón, cuyas reservas aún no se han agotado en España, permitirían un mayor independencia energética. Y es que la crisis entre Ucrania y Rusia ha puesto de manifiesto la fragilidad que tiene nuestro país, para poder ser autosuficiente respecto a la energía.
Actualmente España esta dependiendo de las subidas y bajadas de los precios que experimentan activos con el gas y el petróleo y que se producen continuamente en el mercado internacional y ahora con el conflicto existente en Europa, la situación puede complicarse aún más.
Las distintas formaciones políticas que han gobernado en nuestro país, fomentaron una producción de energía verde, descartando opciones de energía como el consumo de carbón.
El consumo del carbón aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero
Desde hace años, los sindicatos y empresarios de éste sector, han defendido que se mantuviera el carbón como reserva energética, y lo han explicado declarando, «el carbón es el pan y la leche dentro de la nevera y hoy tenemos tanto carbón que en situaciones de emergencia nacional era la alternativa perfecta para caer en el pozo de la dependencia energética«.
Lo que ellos planteaban era mantener una producción anual mínima como reserva, que tuviera como finalidad controlar el mercado y servir como respaldo ante una crisis internacional, como la que hoy estamos viviendo. Ahora con la situación actual, ven necesario replantearse la situación y tomar las medidas que se consideren necesarias.
A nivel europeo ocurre prácticamente lo mismo, la Unión Europea importa de Rusia el 40% del gas que consume y países como Finlandia o Noruega dependen casi en un 100% de Rusia, lo que lleva a que la mayoría de los países europeos tendrán que buscar otros tipos de energía, como el consumo de carbón, pero el uso de éste mineral, no permitiría cumplir las exigencias del Pacto de Glasgow, al no ser un tipo de energía tan ecológica. Por tanto el conflicto armado que estamos viviendo no sólo es una tragedia humana sino que evidencia, una crisis ambiental global.
Mar Morais