«Queridos familiares y amigos:
Soy Ander, y quería explicaros la situación en la que me encuentro, la cual algunos ya conocéis un poco.
Me gustaría presentaros a Lucia, mi madre. Mi madre siempre tuvo un sueño, y fue conocer Machhu Picchu. Estuvo a tres días de hacerlo.
Mi madre es una de las personas que me impulsó a irme de voluntariado cuando no era feliz en mi trabajo en España: ¨Vete a conocer sudamérica Ander, disfruta, y ayuda¨, y ahí nos fuimos, María y yo de voluntarios a Perú con esta magnifica familia que es All Hands and Hearts. Pasó el tiempo y empezamos a trabajar con la ONG, reconstruyendo escuelas por todo el Perú y Dominica.
Y por fin, tras jubilarse después de 40 años trabajados en España, vimos la magnífica posibilidad de visitar Macchu Picchu juntos. Ella se moría por visitar los lugares donde trabajamos y los lugares donde All Hands and Hearts ayuda. Y tuvo la oportunidad de hacerlo. Llegó a Arequipa el 6 de Mayo, donde estamos construyendo dos aulas y una cocina en una escuela construida por HHF hace 4 años. Justo en esa fecha se celebra en Perú el día de la madre y en la escuela todos los niños la saludaron y le regalaron fantásticos dibujos por ser una mamá también. Comimos todos juntos y disfrutamos del día de la madre con los profesores y los niños del colegio.
Nuestra situación actual:
Afortunadamente, mi madre tenía un seguro médico de viaje que nos mandó directamente a la mejor clínica privada de Arequipa.
Perú tiene un sistema médico público muy precario y no habrían podido hacer nada por ella. La situación sanitaria en este país deja totalmente vulnerables a quienes no tienen dinero o un seguro médico que les permita ir a una clínica privada. Ésta situación la vivimos día a día los que llevamos un tiempo en este país.
La póliza de 15000 euros que nos cubría el seguro duró exactamente 4 días. A partir de este momento nos hemos hecho cargo económicamente.
La suma total de gastos en cirugía, fármacos e internamiento en la UCI ascienden hoy a 22000 euros en 5 días.
La media matemática es de 4400 euros diarios.
Estos datos económicos llevan días asustándonos. Si la evolución de la salud de mi madre sigue este ascenso positivo y lento, me temo que estas cifras se multipliquen rápidamente y dentro de poco se convierta en una situación prácticamente imposible de afrontar para mi.
Hemos agotado todas las posibilidades: seguros, embajadas, consulados…
Lo ocurrido:
El domingo 26 algo cambió: Lucía se despertó encontrándose mal y nos fuimos al hospital. Lo que parecía una molesta infección de orina se convirtió rápidamente en una septicemia: una infección general que se extendió rápidamente a todos sus órganos y la dejó al borde de la muerte en pocas horas sin apenas dejar esperanza para sobrevivir. Los médicos nos hablaban de una mortalidad del 98% y nos aconsejaron que esperásemos su fallecimiento en cualquier momento. Hasta ahora, puedo decir que fue el peor día de mi vida.
Aún así Lucía aguantó con vida durante los dos días siguientes.
Hemos vivido entre la negación y la aceptación, recibiendo novedades mas o menos similares de los internistas de la UCI, hasta que su cuerpo comenzó a reaccionar lentamente, a elevar su tensión y crear plaquetas por sí misma. Esto cambió un poco la perspectiva y surgió la posibilidad de arriesgarnos a hacer una colocación de un cateter en cada riñón. En una situación normal sería sencilla pero en este caso volvía a ser de vida o muerte.
Lucía volvió a aguantar
Aunque hoy nos encontramos con un 73 por ciento de mortalidad, es esperanzador, y a pesar de ser un dato que da mucho miedo, vemos una luz al final del túnel».