La joven Blanca San Segundo, de 30 años, se ha convertido en la primera persona con síndrome de Down que finaliza un Grado universitario en España, en concreto, el Grado de Terapia Ocupacional cursado en la Universidad Católica de Valencia.
«Lo he sacado yo a base de esfuerzo, trabajo y superación. Estoy muy contenta, aún no me lo creo», asegura Blanca, en una entrevista concedida a Down España. Hace más de una década, Pablo Pineda se convertía en el primer europeo con este síndrome en obtener una titulación universitaria.
La joven, que señala que «nunca» ha tenido adaptación curricular, reconoce que ya en la escuela los profesores «siempre han apostado mucho» por ella, al igual que su familia. Después de estudiar un ciclo de integración social con diferentes actividades, hizo prácticas en un centro para personas con parálisis cerebral. «Cuando veía lo que hacían y lo que conseguían, me emocionaba y por eso quise estudiar más para poder dedicarme a ello», subraya.
Blanca, explica que en la universidad algunas asignaturas le costaban más y «los trabajos en grupo eran complicados» porque trabaja en la escuela infantil inclusiva L’Alquería de Valencia desde hace ocho años, donde atiende a los alumnos con discapacidad. «Me ha gustado mucho estudiar este grado y ya solo me falta hacer la defensa del trabajo de fin de grado sobre terapia en aulas de niños con autismo», aclara.
«Me encanta mi trabajo, ayudo a los niños a comer y en su rutina en la escuela. Juego con ellos, les leo cuentos y también puedo ser un ejemplo para ellos y para que sus padres entiendan que la educación debe ser inclusiva», defiende Blanca, que también se ha animado participar de manera activa en la política.
Blanca San Segundo ocupó el puesto 8 de las lista de Ciudadanos para el Ayuntamiento de Godella (Valencia) en los comicios municipales del pasado 26 de mayo. Según contaba en una entrevista con Europa Press, una amiga le propuso integrarse en la candidatura de la formación naranja y le pareció una «oportunidad»: «Que una persona con discapacidad pueda defender sus ideas, y que estas lleguen a la política municipal, es muy importante».
Ya entonces la joven defendía con orgullo que «nunca» le han regalado nada y que todo lo ha conseguido «a base de esfuerzo y de constancia». Está convencida, además, de que la «empatía» de las personas con discapacidad intelectual es una cualidad «necesaria» en política: «Siempre hay que ponerse en el lugar del otro».
Finalmente, Blanca reclama el «apoyo de la sociedad» para las personas con síndrome de Down e insiste en que, aunque le gusta hacer las cosas típicas de los jóvenes de su edad como viajar o ir al cine, su prioridad ahora son la política y los derechos de las personas con discapacidad.