El asesinato de Sheila Barrero sigue sin tener un culpable después de diecisiete años de que esta joven asturiana apareció muerta en su coche en el alto de la Collada.
Este suceso conmocionó a la pequeña localidad asturiana de Degaña, y la vecina Villablino, donde trabajaba Sheila y tenía varios amigos con los que se relacionaba habitualmente.
La mañana del 25 de Enero de 2004, Elías, el hermano de Sheila ve el coche de su hermana en el alto de la Collada, aparcado cerca de la carretera principal. Su hermano había ido a buscarla en dirección a Villablino porque era tarde y no llegaba a casa después de su jornada laboral.
Sheila trabajaba como camarera en un pub de la localidad cercana de Villablino los fines de semana, para tener dinero extra, como cualquier chica de su edad.
Todas las pruebas apuntaban a su exnovio, que fue el único investigado, aunque hasta el día de hoy las autoridades han determinado que hay falta de pruebas.
Aunque los informes técnicos establecieron que los residuos que el exnovio tenía en la mano derecha y su chaqueta, solo podían ser de un único disparo, no han servido para encarcelarlo.
Además, ningún testigo ha podido situarlo fuera del hogar familiar a la hora que sucedió el crimen. Para la Audiencia, la decisión de cerrar el caso el ajustada a derecho, puesto que no se puede demostrar que el único acusado participase en los hechos.
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