Un grupo de personas encapuchadas intentó esta madrugada retirar los lazos amarillos del Palau de la Generalitat, tras el anuncio de la negativa de Torra, a cumplir la orden de la Junta Electoral Central (JEC) en lo concerniente a la retirada de símbolos independentistas de edificios públicos.
Ada Colau, ordena a los funcionarios municipales volver a colocar la lona amarilla que colgaba del ayuntamiento, tan solo siete horas después de ser retirada. El lazo amarillo, que habían conseguido decolgar cinco ciudadanos descontentos, a pesar de la oposición de la guardia urbana, que no solo trató de impedírselo sino que además les incautó la lona tras identificarlos.
Torra, con ese doble rasero de medir característico del independentismo más rancio, denuncia que se está censurando la libertad de expresión de los independentistas pero no duda en coartar y vulnerar ese mismo derecho cuando se trata de los españolistas.