La gran motivación del ser humano es, sin duda, la belleza. Las cuevas y minas turísticas presentan formaciones naturales inimaginables. Fruto de la combinación perfecta entre agua, ausencia de luz y tiempo, el mundo subterráneo atrae al visitante con espacios únicos y, sin duda, espectaculares. Cada cueva es diferente, lo que crea en el turista la necesidad de conocer todas ellas para experimentar una belleza inagotable.
Tanto para viajar en familia, como con amigos o en pareja, las cuevas y minas turísticas son un plan perfecto, ya que España cuenta con numerosas cuevas para deleitar a los vecinos y turistas.
Las espectaculares 10 mejores cuevas de España
Cueva de Valporquero, en León
Una de las cuevas con más galerías y recorridos para observar estalagmitas, estalactitas, coladas y columnas en sus 7 salas visitables. Se trata de una cueva que atraviesa la montaña leonesa en la localidad de Valporquero de Torío, cerca del pueblo de Vegacervera. Las visitas son personalizadas y están acompañadas por guías de la cueva. La cueva está abierta al público desde 1966. Para realizar la visita existen diferentes horarios según la época del año y podrás visitarla del 1 de marzo hasta el 9 de diciembre. Alberga una temperatura de 7 grados aproximadamente durante todo el año.
La entrada a la cueva está situada a 1309 metros de altitud, bajo el pueblo que le da nombre. El nivel superior, 1300 metros de longitud, se encuentra habilitado para el turismo, acondicionado con iluminación eléctrica y un camino que se hace uso de puentes y escaleras para completar el recorrido. En un nivel inferior, de 3150 metros, discurre una corriente subterránea de agua que solamente es accesible por espeleólogos y expertos.
La temperatura en la cueva se encuentra durante todo el año en torno a los 7 grados centígrados, por lo que los turistas acostumbran a equiparse con ropa de abrigo. La humedad de la cueva, causada por la corriente subterránea, es del 99%.
La sala de las pequeñas maravillas es la primera de las salas visitables precedida por un lago iluminado de forma artificial. El itinerario turístico rodea esta sala mediante empinadas escaleras. Las formaciones rocosas han recibido múltiples nombres por los turistas según se asemejen a una u otra cosa, siendo los elementos más famosos “Las Gemelas”, “La Torre de Pisa”, “El Órgano”, “El Baño de Diana” y la “Virgen con Niño”.
Cueva El Soplao, en Cantabria
Cantabria es rica en este tipo de formaciones naturales y muestra de ello es su tradición minera, muy ligada a la aparición de estos espacios. Esta cueva en concreto se sitúa en el municipio de Valdáliga, a 70 km de Santander. Su descubrimiento data de principios del siglo XX, cuando las máquinas hallaron que el interior de la montaña escondía galerías y cuevas. Aunque la aparición se remonta a hace más de 100 años, la actividad turística no comienza hasta el año 2005.
Dentro esconde una amplia variedad de espeleotemas, nidos de perlas y aragonitos, siendo una de las cavidades con mayor riqueza geológica.
Cueva del Viento , en Tenerife
La Cueva del Viento, situada en el municipio de Icod de los Vinos, al norte de la isla. Es interesante visitarla porque, aunque nosotros no seamos especialistas en el tema, estamos ante una cueva con una importancia vulcanológica, biológica y paleontológica clave. Este tubo volcánico, cuyo nombre se debe a las importantes corrientes de aire que se producen en su interior, es el quinto más largo del mundo tras los cuatro que se encuentran en Hawái.
Su descubrimiento se remonta a hace más de 2.000 años, aunque todavía siguen apareciendo espacios nuevos. En 1973 descubren un pozo que conecta el segundo piso con una galería de 4 kilómetros. Desde 2008 está abierta al público y se divide en tres partes: una primera pequeña y que sirve de introducción, una segunda con dos subdivisiones (una se hace en bus y otra a pie) y la tercera, que se realiza por el interior del tubo volcánico.
Ojo Guareña ,en Merindad de Sotoscueva, Burgos
El complejo kárstico de Ojo Guareña es uno de los más espectaculares e importantes del mundo. Ubicado en el término de Merindad de Sotoscueva, estas cuevas han sido utilizadas por los habitantes de la zona desde hace siglos. Valga como ejemplo la ermita rupestre dedicada a San Tirso y a San Bernabé, cuya fachada está excavada sobre la propia roca, y el portón que daba entrada a sala de plenos del ayuntamiento hasta 1924.
La parte visitable de este entramado de galerías se limita a 400 metros, constituyendo el conjunto una red de pasillos subterráneos de más de 100 kilómetros de largo. Durante el recorrido se aprecia cómo la erosión del agua ha creado estructuras rocosas de formas caprichosas, estalactitas y estalagmitas, siendo el final del trayecto un gozo para los amantes de las pinturas al fresco, ya que este tramo finaliza en el interior de la ermita en la que se encuentran las obras que cuentan la vida del santo.
Cueva de Altamira , en Cantabria
.A dos kilómetros de Santillana del Mar está la cueva de Altamira. La Capilla Sixtina del arte rupestre cuyos grabados del Homo sapiens datan del Paleolítico Superior. La cueva fue descubierta en 1879 y, para evitar su deterioro, no se permiten visitas. Justo al lado, para saciar los deseos de los amantes del arte, se abrió la Neocueva de Altamira. Una réplica de la cavidad original donde se pueden ver expuestos una copia de las pinturas y grabados encontrados.
Los dibujos representan bisontes, caballos, cabras, ciervos y figuras abstractas que, en su conjunto, desde 1986 son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. La cueva de Altamira se encuentra en el norte de España, en la región central de Cantabria, entre los límites de los términos municipales de Santillana del Mar y Reocín.
El paisaje es suave hacia el norte, formado por pequeñas sierras litorales, el tramo bajo del río Saja y la llanura litoral. Al sur hay fuertes relieves montañosos y al fondo los Picos de Europa. A pocos kilómetros se encuentran otras cuevas con ocupaciones humanas y arte rupestre del Paleolítico superior como La Clotilde, Las Brujas, Las Aguas, El Linar y Cualventi, entre otras.
Actualmente, Altamira tiene un recorrido casi lineal de 290 metros de longitud. En la zona de la entrada se localiza el yacimiento arqueológico y la sala de polícromos, ambos formando parte de una gran sala vestibular. A continuación, el desarrollo longitudinal de la cueva deja poco sitio para espacios amplios, a excepción de la Gran Sala, la única que presenta magnitudes de cierta relevancia. Finaliza en una estrecha galería que, aunque de difícil acceso, contiene también pinturas y grabados como el resto de la cueva.
Cueva de los jameos del Agua, en Lanzarote
Los Jameos del Agua son un espacio natural y un centro de arte, cultura y turismo localizado en el municipio de Haría, en el norte de la isla de Lanzarote, gestionado por el Cabildo de Lanzarote e ideado por el artista César Manrique.
Los Jameos del Agua, al igual que la Cueva de los Verdes, se localizan en el interior del túnel volcánico producido por la erupción del Volcán de la Corona. El túnel tiene una longitud conocida de 6 km, de los cuales al menos 1,5 km discurren bajo la superficie marina, tomando este último tramo el nombre de Túnel de la Atlántida. Se encuentran situados en la sección de este túnel más cercano a la costa. Está formado por al menos tres jameos o aberturas en el terreno. El Jameo Chico por donde se realiza el acceso al interior, el Jameo Grande y un tercero, denominado Jameo de la Cazuela.
Se trata de una intervención espacial creada a partir de dichos jameos naturales por el artista lanzaroteño César Manrique y pretende mostrar al visitante un espacio para la contemplación de la naturaleza apenas intervenida por el hombre. Es el primer Centro de Arte, Cultura y Turismo difundido por César Manrique, y es el reflejo de uno de sus pilares creativos: la armonía entre la naturaleza y la creación artística.
La Cueva de las Brujas ,en Zugarramurdi, Navarra
La oscuridad es la nota dominante de los entornos cavernarios. Poca luz para esconder secretos que no todos deben conocer. Ya sea por mito o por contactos estrechos con lo tenebroso, lo cierto es que en Zugarramurdi conocen bien cuáles son las consecuencias de la unión de oscuridad y cuevas.
En 1614, once personas fueron condenadas a morir en la hoguera acusada de nigromancia por la Inquisición. La Cueva de las Brujas (Sorginen lezeak en euskera) se yergue como el testimonio del vínculo que se estableció en la comarca alrededor de la hechicería y un entorno natural en el que las cavidades kársticas y el bosque son la nota dominante. Para acceder a esta cueva de 120 metros de longitud y 25 de altura, es necesario seguir la Regata del Infierno, un pequeño curso de agua de nombre grandilocuente, antes de dejarse embrujar por sus espacios abovedados.
Cueva del Campanet en Mallorca
Las cuevas no son muy frecuentes en Baleares, pero hemos encontrado una en Campanet (Mallorca) bastante interesante. La casualidad hizo que en 1945 fuera descubierta y tres años después habilitada para su exploración turística. Estalactitas y estalagmitas protagonizan todo el interior de esta cueva que, acompañada por una tenue iluminación, convierten a este espacio en uno de los más hermosos y poco conocidos de Mallorca.
La visita es muy personalizada y su recorrido alcanza los 300 metros, situando su eje principal en la Sala Romántica.
La Cueva de Tito Bustillo ,en Ribadesella, Asturias
Se trata de uno de los tesoros más universales de la Península Ibérica. Las pinturas rupestres de la Cueva de Tito Bustillo reflejan el paso de los pobladores del Paleolítico y su particular forma de plasmar sus ritos y costumbres. La calidad de las representaciones es tal que sigue asombrando a los investigadores de hoy en día.
A pesar de que solo se pueden visitar dos de las galerías que componen el conjunto para ver el resto haría falta mucho más tiempo y equipo especial para espeleología, es posible observar cuáles son las pinturas que decoran toda la red en el Centro de Arte Rupestre, donde se han elaborado réplicas de las obras del interior. Un espacio recomendable para poder entender lo que ha supuesto el descubrimiento de esta cueva a la hora de interpretar la evolución de los primeros humanos.
Coves de Sant Josep , en Castellón
Las cuevas de Sant Josep están situadas en Vall de Uxó, en Castellón. Estos guardan el río subterráneo navegable más largo de Europa. Justo a su entrada está el embarcadero donde están las barcas de la visita. En total, la cavidad tiene 2.750 metros, por lo que es la cavidad de mayor recorrido de la provincia de Castellón.
La cavidad data del Paleolítico Superior, pues en el yacimiento se encontraron varias pinturas rupestres de la época. También la existencia de un poblado ibero en los alrededores han permitido a los historiadores saber que ya en su día fue explorada por los iberos y también por los romanos, pues se encontró una lápida de la época.
En el siglo XIX, algunos vecinos tenían la costumbre de retarse para ver quién llegaba más lejos dentro de la cueva. Algunas galerías eran peligrosas debido a las subidas del nivel del agua. Fue en 1936 cuando se decide poner una barca para poder adentrarse en las cuevas. Aunque no es hasta los años 50 cuando espeleólogos la visitan y realizan un mapa del lugar.