La edad del Papa Francisco y su delicado estado de salud ante la aparición nuevamente del «bicho» que obligó a extirparle parte de su intestino hace prever que el Vaticano pudiera experimentar un nuevo «cambio» de Pontífice. La renuncia de Benedicto XVI abrió una puerta hasta entonces desconocida de los papas que morían «siendo papas». Esa jubilación del Papa Francisco era impensable cuando aún vivía el cardenal Ratzinger. Sin embargo, la reciente muerte del Pontífice emérito abre la posibilidad y en un último testamento.
Sin emérito, el último testamento es ya una posibilidad
Era inviable que el Mundo se enfrentara a dos papas eméritos. La situación cambia mucho con el fallecimiento de Benedicto XVI.
Además, aunque con un estado de salud más delicado que en el momento de comenzar a ser Pontífice, el Papa Francisco aún se muestra jovial y con «bastante» vitalidad. De hecho, a pesar de la enfermedad el Pontífice no habría realizado su último testamento. Una situación un algo atípica para una persona de su edad y de su gran relevancia.
La idea del Papa Francisco es vivir aún bastante más tiempo por lo que ha retrasado la elaboración de sus últimas voluntades. No obstante, hace unos días fue operado y, aunque ha demostrado que se encuentra bastante bien (según las imágenes difundidas por la televisión del Vaticano) su salud es más que delicada