La última erupción del volcán Agung, en la isla indonesia de Bali, obligó este martes a cerrar el aeropuerto de Banyuwangi, en el este de la isla de Java, a raíz de la expulsión de una nube de ceniza por encima de los 5.000 metros del nivel del mar.
La emisión de lava prendió los bosques en las laderas este y noreste del monte, apuntó el portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres, Sutopo Purwo Nugroho, en un comunicado. Sutupo indicó que parte del magma fue despedido a hasta 2 kilómetros de distancia del cráter.
El radio de seguridad alrededor de la montaña permanece en 4 kilómetros. El aeropuerto de Banyuwangi se encuentra a unos 125 kilómetros al oeste del volcán balinés.
La última erupción importante del volcán balinés ocurrió en 1963, duró un año y mató a más de 1.000 personas. El archipiélago indonesio se asienta en el denominado «Anillo de Fuego» del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida por miles de temblores al año, la mayoría de escasa magnitud.
Las autoridades mantienen el nivel naranja de alerta de aviación (uno menos que el máximo que es rojo) y el nivel 3 de alerta de erupción (en una escala donde 4 es el más peligroso).
El Centro de Vulcanología y Mitigación de Peligros Geológicos había registrado desde el 28 de junio un aumento en la actividad del volcán, que ha entrado en erupción en varias ocasiones y con diferentes intensidades desde el año pasado.
El viernes una expulsión de ceniza del Agung obligó al cierre de tres aeropuertos, entre ellos el de la turística isla de Bali, y afectó a 446 vuelos y más de 74.000 pasajeros.
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