Los edificios antiguos también forman parte del patrimonio cultural e histórico de las ciudades, por lo que en muchas ocasiones son cuidados para evitar el daño del paso del tiempo. No obstante, hay algunos que por el contrario deciden demolerlos y construir algo más moderno y eficiente. Al haber sido creados al comienzo de la formación de las propias ciudades, muchos de ellos se encuentran en el centro o partes estratégicas que pueden ser buenas localizaciones para las empresas, pero los franceses alegan que la destrucción indiscriminada de este tipo de edificios es un acto de violencia que no quieren permitir.
El boulevard Morland forma parte de una de los distritos más céntricos de París. Data de 1960 y en su época fue un centro de administración. Los nuevos tiempos traen nuevos diseños arquitectónicos, pero se ha decidido no romper demasiado con la estética original y la renovación que se llevará a cabo pretende darle otra funcionalidad y un enfoque más sostenible. Para este proyecto, se realizó un concurso para elegir al encargado de esta reforma, el cual ganó David Chipperfield Architects, y es el primero de los 23 edificios que se plantearon dentro del plan «Réinventer Paris«.
Esta reforma contará con bar, restaurante, albergue juvenil, oficinas, hotel, mercado, viviendas y zonas artísticas. Con esto se pretende convertir este local en un punto de referencia para la ciudad, un lugar que sea práctico para la sociedad y que mezcle diferentes servicios.
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