La Policía local de Rusia está investigando a una pareja que adoptó a un perro, lo llevaron a casa, y lo mataron a golpes para cocinarlo para la cena. La pareja que parecía muy respetable y amorosa, convencieron al personal del refugio donde estaba Nika, que eran perfectos para adoptar al perro. Esto sucedió durante la cuarentena decretada ante el coronavirus por el Gobierno de Rusia.
Cuando parecía que al fin Nika, una perrita rescatada de las calles, había encontrado su nuevo hogar, encontró fue un triste final.
La perrita amigable y cariñosa había corrido hacia ellos tan pronto como entraron en busca de un perro para adoptar, y lo llevaron a su casa en Sakhalin, una isla frente a la costa este de Rusia.
Una pareja hace una cena con el perro que adoptaron
Su horrible destino salió a la luz cuando personal del refugio quiso visitar la casa de los nuevos propietarios, para ver cómo estaba Nika.
Al llegar, la voluntaria Ekaterina Valyus, percibió en el ambiente un olor a carne frita, también observó que, en el auto de la pareja, había pelos y restos del perro.
Ekaterina dijo a The Sun:
«Cuando llegué olía a carne frita. Luego vi el pelo y los restos del perro en el Porsche. El resto estaba en su estufa».
La pareja conformada por Galina y su esposo no identificado, parecían ser amantes a los perros cuando decidieron dar un dulce hogar a Nika. Todo esto poco después del confinamiento por el coronavirus.
Pero las imágenes que se pueden observar del terrorífico acto, demuestran el infierno que vivió Nika en solo una noche.
CUIDADO: CONTENIDO GRÁFICO
La voluntaria dijo que al inicio Galina no aceptaba el asesinato del perro, pero al final confesó todo a la policía.
Nika había sido golpeada con una barra de hierro hasta causar su muerte, según informaron medios noticiarios locales.
La directora del refugio animal, Irina Savitskaya, exige a las autoridades que la pareja sea encarcelada por este cruel acto.
La señora Irina describió a Galina como «descarada», pues parecía hablar de todo como si fuera algo muy normal, admitió que había matado el perro y se lo comió.
Irina dijo:
«Ella me dio los detalles de su pasaporte, hizo un contrato, tomó el perro y se comió a su nueva mascota esa misma noche».
Lo que más disgusto a Irina, es que mientras Galina describía lo que le habían hecho a Nika, parecía deleitarse con la maldad causada.
Además, simplemente decía; «nadie me va a encarcelar por un perro».
Exigimos que esta pareja reciba una sentencia de prisión, por el acto tan cruel que cometrieron en contra de un ser que lo único que anhelaba era encontrar una familia para siempre.
Descansa en paz Nika