La cadena sueca de muebles Ikea, ha puesto en marcha una nueva vía de negocio para fomentar un sistema de alquiler de mobiliario en una treintena de países.
Esta iniciativa ya esta siendo probada experimentalmente en Suiza, Polonia, Suecia y Holanda, extendiéndose el año próximo a más países. En el caso de Suecia, Ikea inicia su proyecto en empresas, para extender luego el modelo al sector público.
La propia empresa será quien controle la propiedad del producto para cerciorarse de que sea utilizado «tantas veces como sea posible antes de ser reciclado».
«De este modo, en lugar de tirar los muebles, podemos restaurarlos y volverlos a vender prolongando el ciclo de vida de los productos», añadió Torbjörn Lööf, consejero delegado de Inter Ikea, el gestor de franquiciados del gigante sueco, hace un mes durante una entrevista al Financial Times.
La empresa sueca en el último año fiscal (septiembre de 2017-agosto de 2018), facturó unas ventas por valor de 38.800 millones de euros, un 4,5 % más que el año anterior.
En el lado opuesto, en noviembre anunció que en los próximos dos años prevén eliminar casi 7.500 empleos a nivel mundial en los próximos dos años, dentro de su proceso de transformación aunque se prevé que el impacto en España sea «casi nulo».