El féretro de la reina está cubierto de plomo por esta razón
Si bien la muerte nos llega a todos en algún momento, muchas veces no estamos preparados para afrontarla. No obstante, con los años, somos conscientes de que se podría dar en cualquier instante y algunos deciden planificar todo con antelación. En el caso de la, ahora difunta, reina Isabel II, su féretro se creó hace más de 30 años. Este ataúd fue diseñado especialmente para ella, siguiendo la normativa instaurada por la familia real británica como una tradición que ha pasado entre los monarcas. En este caso, la base y el recubrimiento se han realizado de dos materiales diferentes: roble curado y plomo.
Antaño, el roble curado era considerado una de las maderas con mayor calidad existente y por esta razón, la familia real decidió plantar varios árboles de esta especie en su finca de Sandringham, de la cual ha salido este producto con el que se ha construido el féretro. Por otra parte, la parte externa está recubierta por otro féretro de plomo con el fin de conservar mejor el cuerpo. Según IFL Science, este material mantiene muy bien el frío y es ideal para evitar la entrada de humedad, puesto que Reino Unido es conocido por tener un clima lluvioso, esta opción ha sido muy meditada.
En cuanto a los accesorios decorativos, se puede apreciar un color dorado que ha hecho que muchos se piensen que el féretro era de ese material, cuando en verdad no lo era, sino que se debía a la bandera. Dado el peso del plomo, se ha tenido que transportar bajo la custodia de 8 guardias reales a diferencia de los 6 que se acostumbra. Del mismo modo, encima se colocaron un cetro y un orbe como símbolo real. Su cuerpo será llevado a la abadía de Westminster, concretamente, a la Capilla del Rey Jorge VI, donde descansará junto con su marido.