El Consejo de ministros alemán aprobó este miércoles multas de hasta 2.500 euros para los padres que no vacunen de sarampión a sus hijos en edad escolar.
La decisión, que entra en vigor en marzo del año que viene si el Bundestag (cámara baja) la ratifica, obliga también a vacunar a los menores en centros de refugiados y contempla incluso la exclusión de menores no vacunados del derecho a asistir a la guardería.
«Queremos dentro de lo posible evitar que todos los niños se contagien de sarampión. Porque el sarampión es altamente contagioso y puede tener una evolución muy mala, a veces fatal», argumentó el ministro de Sanidad, Jens Spahn.
Según cifras oficiales, el año pasado se registraron en Alemania un total de 543 casos de sarampión y en lo que va de año suman ya más de 400.
La decisión del Consejo de Ministros llega en un momento en el que en Alemania -y en gran parte de Europa- distintos grupos cuestionan la importancia de las vacuna.