Los radares son sistemas que impone la Dirección General de Tráfico con el fin de controlar la circulación en las vías urbanas y carreteras principales del país para evitar infracciones al volante que puedan ocasionar accidentes. La mortalidad en carretera es un problema que intentan paliar desde hace mucho tiempo, pero las imprudencias siguen dejando víctimas. Por ello, han tomado una nueva medida, la implantación de un método innovador que ya se ha establecido en Francia.
Estos radares medusa, se han creado para registrar el ruido externo, por lo que cuentan con una infraestructura móvil y de dimensiones, no muy grandes, con 5 micrófonos que recorrerían la superficie del mismo para abarcar todas direcciones posibles. Se les ha apodado de esta forma por la similitud a las medusas en cuanto aspecto, puesto que, contaría con una cámara de 360 grados en la parte central, como si fuese la cabeza del animal, y las cámaras los tentáculos.
Por ahora se han instalado los radares medusa en Barcelona, siendo la primera ciudad española en incorporar este sistema de vigilancia. Y aunque, todavía no está activo por ley, las multas por infringir este detector rondan desde los 135 euros hasta los 600 y se notificaría a la persona cuando el vehículo supere los 90 decibelios permitidos. Del mismo modo, en la ITV se realizarán revisiones más exhaustivas para encontrar posibles modificaciones que amortigüen el sonido.
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