Santi Samanes regresó a los terrenos de juego como titular frente a la UD Almería dejando buenas sensaciones
Hablar de Santi Samanes significa hablar de un jugador trabajador que, cuando estaba en uno de los momentos más dulces de su carrera como futbolista tuvo la mala suerte de romperse el ligamento cruzado anterior de su rodilla con lo que eso conlleva. A pesar de que, en un inicio, todos querían pensar que la lesión no había sido tan grave al haber salido el de Berriozar ‘por su propio pie’ de Balaídos, feudo en el que se lesionó, las pruebas confirmaron el peor de los presagios que era que tenía que pasar por quirófano y que, como mínimo, se perdería lo que restaba de temporada.
Una infección en la rodilla tras la operación y numerosas circunstancias que se fueron dando durante su recuperación le llevaron a estar listo un poco más tarde de lo previsto. A pesar de que el de Berriozar ya entró en la convocatoria frente a la Ponferradina, hace poco más de un mes, Raúl Llona no había visto el momento de volver a darle minutos a pesar de que se le pudo ver calentando en la mayoría de partidos. No fue hasta ayer, frente al Almería en la segunda ronda de la Copa del Rey cuando el técnico logroñés decidió sacar de partida a Samanes para que se llevara el ‘baño de masas’ que merecía, siendo uno de los jugadores más queridos por la afición.
Samanes, que acaparó todas las miradas frente a un equipo de la Liga Hypermotion al regresar a los terrenos de juego 361 días después de haberse lesionado, se podría decir que no decepcionó y que sorprendió para bien por lo valiente que fue en acciones donde encaró a su par, no mostrando ese miedo que siempre parecen tener los jugadores que han sufrido lesiones de tal gravedad cuando regresan a los terrenos de juego. Un total de 47 minutos – contando los dos que añadió el colegiado en la primera mitad – disputó el navarro, siendo aplaudido cuando salió y al finalizar el encuentro, demostrándole la afición que está junto a él.