Manu Merillas, el corredor que vivía solo en una caravana en un pueblo abandonado de León y encontró el amor
Desciende de la montaña y en ella vive, para tenerla siempre a mano y recorrerla a diario. Por eso se asentó en el pueblo más alto de la provincia de León, a un palmo del nacimiento del Sil. El crío de patas ágiles al que mandaban al monte con diez años cuando una oveja se ponía de parto porque era el primero en llegar sabe que la suerte y el ‘si quieres, puedes’ tiene mucho menos que ver con el éxito que la tenacidad de dejarte el pellejo en el camino. Literalmente.
Solo en el año 2021, Manu Merillas batió el récord de la Travesera de Picos de Europa y del Mont Blanc y se proclamó campeón mundial de Skyrunning Trail, campeón europeo de Skyrunning Ultra, y campeón nacional de Trail y de Kilómetro Vertical. Hazañas increíbles, sobre todo teniendo en cuenta que pasó por una dura y larga convalecencia de casi tres años desde que en 2016 le diagnosticaron síndrome de Haglund, una calcificación en el calcáneo que presiona el Aquiles y produce mucho dolor.
Tras las lesión el corredor de montaña Manu Merillas, harto de todo se va con su caravana a vivir a un precioso pueblo casi despoblado, La Cueta, en León, a 1.460 metros de altitud, donde sólo tiene siete vecinos, la familia que regenta el bar, el único negocio en la zona.
En cuatro metros cuadrados, toda una casa: una cama, una cocina, el fregadero, el baño, la luz, la calefacción y ya está. No hay tele, no hay radio, no hay cobertura de teléfono. Si quiere llamar debe subir a la montaña, 500 metros de desnivel.
Manu nació el 23 de abril de 1991 en Valseco, vivió en Páramo del Sil hasta los 6 años y sus primeras carreras fueron por el bar ‘La gallega’, negocio que regentaba su madre.
Luego la familia se mudó a Valseco, donde hizo primero kárate y jugó al fútbol con el equipo de Laciana hasta los 18 años. para mejorar su forma física con 17 años empezó a correr y descubrió que esa era su verdadera pasión y prueba, con éxito, la travesía, el barranquismo, el ciclismo, el esquí, y prácticamente cualquier cosa en la montaña y al aire libre.
La ‘Quebrapates’, en Asturias, fue la primera carrera en la que participó cuando tenía 18 años, y a partir de esa se dio cuenta de que tenía aptitudes y talento, pero también la certeza de que pocos viven de esto.
Con 18 años se fue de Valseco a Ponferrada, estudió una FP de mecánica y trabajó en la Ford un tiempo. Después entró en el ejército, un periodo que duró seis años y que lo condujo a San Sebastián primero y a Jaca más tarde. Se hizo guía de montaña, que es a lo que se dedica ahora, aunque también corre y entrena a otros corredores.
En una entrevista a KisstheMountain Manu decía que «Desde que eres joven vas madurando y tu cuerpo cambia. Esto tiene mucho que ver con la progresión. Yo de pequeño, con 12 años, cuando jugaba al futbol, corría y corría y no me cansaba. Se me quedaban cortos los partidos.
Poco a poco fui preparándome, y empecé entrenando para carreras de 20 o 30 kilómetros, yo salía al monte y me pegaba unas palizas enormes. Mi objetivo era subir a los cuatro picos que tenía cerca de casa lo más rápido posible. Lo iba apuntando en una libreta y poco a poco los parciales fueron bajando.
He notado la progresión de pasar de entrenar dos horas diarias a salir casi cuatro y media al día el año pasado. Después de la lesión, me fui adaptando otra vez poco a poco hasta poder aumentar el volumen de entrenamiento, en la montaña, en bici o haciendo fuerza en casa.
Ahora ya estoy rondando las cinco o seis horas de media diarias. Y me siento igual que cuando hacía sólo tres, pero es que lo que me gusta es pasarme el día subiendo y bajando. He aprendido mucho en el proceso a fortalecer mis puntos débiles y mantener los puntos fuertes. Y aunque no os lo parezca, también he aprendido a cuándo y cómo descansar».
Con su vida encarrilada en La Cueta no tuvo que aprender a vivir con lo mínimo, ya venía aprendido de casa. Aquí madruga, sale con su perro Zar durante una hora, desayuna, prepara ejercicios, hace las cosas de casa, entrena y cuida la huerta.
Y el amor lo cambió todo
En la montaña, cómo no, conoce a una chica, Claudia Díaz, también montañera, dueña de un perro muy parecido a Zar, que le comenta que quiere conocer el Monsacro y él se ofrece a acompañarla. Charlarán, se conocerán, saldrán durante un tiempo hasta llegar a hoy: ahora Merillas y Díaz son padres de un bebé de pocos meses, Nel, y viven juntos en La Cueta, sí, pero ya en una casa, no en la caravana que el corredor abandonó hace un par de años después de tres en su interior.
Ahora ya no tiene que caminar veinte minutos para coger cobertura en el móvil y tiene hasta redes sociales.
«Me centré en hacer lo que me gustaba»
En una entrevista concedida al Mundo, cerillas declara que «La verdad es que en los últimos dos años me ha cambiado la vida totalmente», reconoce a EL MUNDO en Chamonix en las horas previas a la prueba. Merillas relata su historia con alegría, más su tiempo solo en la caravana en La Cueta, que no considera un periodo oscuro. En absoluto. «Aquello me hizo reenfocar mis prioridades. Fueron tres años en los que me entrené para la vida, en todos los sentidos. Como corredor me dejé de enfocar en lo que querían las marcas y me centré en hacer lo que me gustaba, sin depender de nadie»,
Merillas, muy estimado -y odiado- en el trail por su estilo.
Manu tiene un estilo de entrenamiento muy personal, alejado de los estándares científicos y del control exhaustivo de parámetros. Su método es la prueba y error. A lo largo de los años, su cuerpo le dice cuando está bien y cuando no, si hay que parar o si toca apretar. A día de hoy, ha demostrado que muy pocos corredores le pueden plantar cara en cualquier disciplina
Ni relojes con cinco satélites, ni chalecos con soft flask, ni bastones de fibra de carbono: Merillas entrena con un reloj Casio barato, una riñonera que le cosió su madre hace años y los bastones de bambú que se fabrica a mano. Suele ser bastante crítico con la introducción de la tecnología en la montaña y, de hecho, eso, unido a su escasa apetencia por los eventos y las redes sociales, le han costado numerosos sponsors. Ahora sólo trabaja con aquellos que le dan una libertad total, sin ataduras, como la italiana Scarpa.
«También he cambiado un poco en ese sentido en los últimos tiempos dice Manu en una entrevista para El Mundo. Claudia también me ha ayudado mucho en ese sentido. Me ayuda a moverme por las redes sociales, por ejemplo. Aunque yo no me voy a vender por el marketing. Soy de la vieja escuela, creo que tendemos a complicarnos demasiado en el monte. Si viene una marca de bastones y me ofrece un pastizal para que lleve fibra de carbono lo haré, pero tendría que ser tanto como para jubilarme poco después: si no, yo no aparco mis palos», asegura Merillas, con el perfil más montañero de entre todos los corredores de montaña del mundo.
Reciente victoria en Chamonix
Manu Merillas acaba de ganar el trail running español en la OCC con victoria para él y Sheila Avilés sobre los 56 km y 3.500 m positivos de UTMB. Además, Antonio Martínez y Núria Gil se hicieron con la segunda plaza, siendo el tercer cajón del podio para Robbie Simpson y Daniela Moreno.
La carrera partió, en dos tandas, a partir de las 08:15 horas desde Orsiéres (Suiza) con alrededor de 1.200 corredores. Un trío formado por Robbie Simpson, Arnaud Bivon y Petro Mamu marcó el ritmo en el inicio, quedándose el eritreo como líder en solitario antes de llegar a Trient (km 23).
A partir de ahí ha sido cuando Merillas, que venía de la cuarta posición, ha ido tomando protagonismo, superando uno a uno a cada uno de los rivales que tenía por delante antes de la llegada al Col de Balme (km 33). Pero cuando parecía que tenía la carrera enfilada, ha llegado desde muy atrás Antonio Martínez, que ha aprovechado la subida al último puerto en La Flégère (km 49) para ponerse en cabeza.
Sin embargo, el alicantino no ha podido aguantar el ritmo y ha sido adelantado nuevamente por el leonés. Finalmente, Manuel Merillas se ha hecho su primera victoria en Chamonix, en su estreno en el evento UTMB Mont-Blanc, con un tiempo de 5 horas, 18 minutos y 29 segundos.
No podrá revalidar su título de campeón del mundo
Como el propio Manu ha publicado en sus redes, este año no podrá revalidad su título como campeón del mundo en el próximo mundial de Skyrunning, que se celebrará en Italia entre el 9 y el 11 de septiembre. al no haber sido seleccionado entre los 18 deportistas españoles que participarán en la prueba.