La escudería italiana visitará Monza este fin de semana para tratar de volver a la senda de la victoria tras más de tres Grandes Premios donde las cosas no les están saliendo bien. Como motivo de celebración por su setenta y cinco aniversario en la Formula 1, Ferrari ha decidido cambiar su mítico color rojo por el amarillo para correr en este, siempre especial, GP de Monza.
Muchos asocian el color amarillo con la mala suerte, pero la escudería de Manarello quiere acabar con esta teoría consiguiendo que uno de sus dos pilotos, ya sea Charles o Carlos, logre ocupar el pódium en el GP de Monza. Los «tifossi» animarán a los suyos de principio a fin, como siempre han hecho, a pesar de que el Mundial de Pilotos esté prácticamente imposible para el piloto monegasco a causa de las malas decisiones que ha tomado la escudería italiana y a la falta de ritmo en las últimas carreras.
Ferrari confía en «dar la cara» frente a los suyos y demostrar el potencial de su coche asegurándose, al menos, quedar segundos en el Mundial de Constructores que hasta ahora también lo tiene muy encarrilado la escudería de RedBull. Con un posible cambio en el motor del monoplaza de Carlos Sáinz Jr, el monegasco se sitúa entre los favoritos para que los italianos vuelvan a ver ganar a su escudería en Italia después de tantos años.
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