La Primera RFEF está viviendo su primera ‘gran crisis’ desde que se instauró hace dos años con el fin de profesionalizar la tercera categoría del fútbol español. La reestructuración de la categoría de bronce conllevó a la desaparición de la antigua Segunda División B, ya que, el objetivo principal era el de formar una categoría más atractiva para la llegada de potentes patrocinadores y una televisión competente que retransmitiera todos los encuentros.
Pero el experimento de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) parece no estar saliendo como ellos habían deseado e imaginado en un inicio. El paso de 80 a 40 equipos para tratar de profesionalizar la categoría fue un acierto, pero la aparición de una Segunda y Tercera RFEF ha abocado a varios equipos históricos a la desaparición por la falta de inversión en dichas competiciones.
El paso de Tercera RFEF a Primera RFEF es una verdadera travesía por el desierto y es que, equipos como el Recreativo de Huelva, el Salamanca o el Hércules siguen pagando su mala campaña en la temporada de transición a la existente Primera RFEF.
Luis Rubiales estaría detrás de la supuesta desaparición de la Primera RFEF a escasos meses de que se complete la segunda temporada de esta fallida competición según los directivos de la RFEF. Parece ser que la ‘gota que ha colmado el vaso’ han sido las numerosas quejas recibidas por parte de varios conjuntos pertenecientes a esta categoría exigiendo que haya un control económico.
La ausencia de ese control económico demuestra que la Primera RFEF está lejos de profesionalizarse, teniendo en cuenta que varios equipos han ‘roto‘ el mercado con fichajes millonarios como el de Lucas Pérez, ofreciéndose salarios que en ocasiones superan a los de Segunda División. Esta situación se ha convertido en una pesadilla para aquellos equipos que sí cumplen con el fair-play financiero, que consideran ilógico que siga sin haber un control económico.
La desaparición del Extremadura en mitad de la pasada temporada fue el claro ejemplo de por qué se necesita un control económico en la competición. Lejos no están conjuntos como el Intercity o el Badajoz, teniendo el primero 5 millones de deuda y estando el segundo en concurso de acreedores. Una situación que ha convertido a la competición en insostenible siempre y cuando no se limiten los gastos de los equipos que están sobrepasando ‘de largo’ su presupuesto.
Esta situación unida a la falta de patrocinadores y de unos derechos televisivos que están lejos de acercarse a los profesionales, ha llevado a Luis Rubiales a amenazar con la desaparición de la Primera RFEF, tratando de calmar así los ánimos de la veintena de equipos que han mostrado su disconformidad con el nulo control económico en la competición.
No cabe duda de que el ‘culebrón’ va para largo y habrá que ver si la Primera RFEF desaparecerá a final de temporada o si finalmente se llega a un acuerdo para tratar de profesionalizar la categoría como se prometió en un inicio.
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