Se recuerda la existencia de una enfermedad altamente mortal
Con el paso de los años, gracias a la dura labor de los científicos e investigadores que han estudiado las diversas enfermedades que causan distintas afecciones en las personas, se han podido encontrar, en muchos casos, curas que pueden evitar un trágico final. No obstante, todavía queda mucho camino por recorrer y no todas ellas tienen una solución definitiva, pero sí un tratamiento para disminuir sus síntomas.
Cada 24 de marzo se recuerda el Día Mundial de la Tuberculosis, una enfermedad altamente mortal que acabó con la vida de millones de personas. Si bien, hoy en día no es tan grave, antaño suponía un punto crítico para el afectado, que solía acabar reduciendo su esperanza de vida drásticamente. Sin embargo, desde hace 30 años, la supervivencia se ha incrementado notablemente, llegando a tan solo un 1,60% de mortalidad.
El pasado año se detectaron 9 millones de casos nuevos, por lo que no se puede dar por extinta a pesar de los medios destinados a su tratamiento, que suelen estar cubiertos por el sistema sanitario público a nivel nacional.
Cabe destacar que la tuberculosis (TB) es una infección bacteriana que afecta principalmente a los pulmones, pero también puede afectar otras partes del cuerpo, como el cerebro, la columna vertebral y los riñones. Esta se propaga por el aire cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, de modo que era considerada una enfermedad altamente mortal y contagiosa.
Por otra parte, se puede diagnosticar a través de una variedad de pruebas, que incluyen una prueba cutánea, un análisis de sangre, un cultivo de esputo o una radiografía de tórax. Asimismo, el tratamiento generalmente implica un ciclo de antibióticos que se toman durante seis a nueve meses, aunque muchos aluden a la necesidad de instaurar más medidas de prevención para evitar el contacto cercano y que la infección no se propague.