Corría el 30 de abril de 1915 y de Medina de Rioseco a Palanquinos corría la alegría como la pólvora o, mejor dicho, como un tren. Aquel día se inauguró el tren de vía estrecha que estaba destinado a unir la localidad vallisoletana de Medina de Rioseco con Palanquinos. Aunque suene raro, por aquel entonces, Medina de Rioseco era un importante nudo ferroviario en la época por lo que este «avance» de la ingeniería suponía un importantísimo avance para los pueblos por los que discurría el trazado. Este medio de transporte nació con vocación de revolucionar una época en la que aún las monturas y carretas eran el medio de transporte más frecuente.
Este ferrocarril tenía un recorrido de 93 kilómetros y cruzaba tres provincias. Partía de Valladolid y llegaba a León pasando por Zamora. Muy pronto, el Tren Burra se transformó en un medio habitual de pasajeros y mercancías en toda la comarca. Pronto fue apodado como «Tren Burra» debido a su velocidad o, más bien, su lentitud.
La inauguración de la línea supuso un día de fiesta en todas las localidades. Sin embargo, la alegría no duro mucho. Ya que este tren dejó de funcionar en 1969 cuando fue desmantelado. Ha pasado más de un siglo, pero este ferrocarril sigue siendo el símbolo de toda una época.
Actualmente parte de su recorrido se ha transformado en la Vía Verde del Esla. Vestigios de este ferrocarril hay en varias localidades por las que pasaba en forma de edificaciones y construcciones. En otras, como Valderas, derribaron todo el complejo de la antigua estación hace poco más de una década. A pesar de ello, en Valderas le tienen cariño al Tren Burra y una de sus calles se llama ’30 de abril’ en recuerdo de la inauguración de este singular medio de transporte.