El dulce más típico de Reyes, el roscón
El postre más típico de Reyes es el roscón de Reyes. Un dulce cubierto de fruta que puede estar relleno de nata, crema o chocolate. Lo más típico es comerlo en la Noche de Reyes, cuando los Reyes Magos adoraron a Jesús, y el día de Reyes.
El roscón es un imprescindible de la Navidad. Se come además de España en Portugal, Francia, México o Bélgica.
Es característica su forma redonda, una corona sobre el dulce y suele albergar una o dos sopresas.
Este dulce se saborea para cerrar la Epifanía y la Navidad con la primera aparición en público de Jesús y la adoración de los sabios de Oriente y los pastores de los que habla el Evangelio de San Mateo.
Se trata de un plato muy antiguo. Se cree que su primer origen, como parece que ocurre con casi todas las tradiciones del cristianismo, se sitúa en la antigua Roma durante las fiestas de Saturnalia. Una celebración que los romanos tenías para festejar los días más largos. Era costumbre que se repartiese entre las clases bajas unas tortas redondas de higos, dátiles o miel que escondían en su interior un haba. Aquel esclavo que tuviera la suerte de encontrarla sería nombrado ‘rey de reyes’ por un tiempo limitado y recibiría toda clase de favores y comodidades. Cuando el cristianismo dejó de ser perseguido y se convirtió en la religión oficial del imperio, la tradición se preservó aunque perdió parte de su importancia.
En el siglo XI en Francia se retomó la tradición con fuerza. El que encontraba la haba era coronado y agasajado.