Testamento en papel oficial
Cuando una persona muere, todos sus bienes pasan a pertenecer a su familia más cercana, a no ser que haya dejado por escrito en el testamento que el reparto se hará de forma diferente. No obstante, según como está la ley, hoy, día, en nuestro país, hay parte que le corresponde a los hijos por norma, pero el resto puede dividirse según la voluntad del fallecido. Estamos acostumbrados a pedir el testamento en papel donde se registran las últimas voluntades, un documento que para que sea oficial, debe ser avalado delante de un notario que será el testigo de que no hubo coacción y realmente fue su voluntad.
Todo testamento queda recogido en el conocido como Registro de Últimas Voluntades y los herederos podrán acceder a él tras el fallecimiento de la persona. Realizar esto cuesta unos 50 euros, que deberán abonarse de nuevo si la persona desea rectificar algo, puesto que se consideraría como una nueva voluntad. Sin embargo, si quieres dejarte de tantos líos, la solución es que la persona redacte su propio testamento a mano, detallando todos sus bienes y su correspondiente reparto. Actualmente, la ley considera válido, aunque en menor medida, todo escrito del fallecido que pueda probar su voluntad.