‘La realidad es que la leche semidesnatada no sacia’
La leche es una fuente rica en nutrientes esenciales y conforma un papel vital en el desarrollo y mantenimiento de los huesos, así como en la función muscular y nerviosa. Si bien, muchos animales cuando son pequeños toman este líquido, el ser humano es el único que pude seguir ingiriéndolo durante toda su vida, esto se debe en gran parte a un proceso evolutivo, el cual no afecta a todas las personas, por igual, según las costumbres del lugar. Un estudio ha demostrado que etnias como las africanas o las asiáticas inciden más en un problema de intolerancia porque, a lo largo del tiempo, han ido eliminándola de sus hábitos alimentarios.
Por otra parte, entre los consumidores habituales de este lácteo, hay una gran duda al respecto, y es si es mejor la leche entera, la leche semidesnatada o la leche desnatada. Un experto nutricionista explica que la diferencia se debe a las grasas que estas poseen, de modo que la leche semidesnatada es la que estaría en el punto medio entre ambas, aunque la realidad es que lo que más cambia es el nivel con el que te sacia la sed. Destacan que ninguna es más sana que el resto, puesto que siguen cumpliendo su valor nutricional, solo que en medidas desiguales.
A pesar de que se tiende a pensar que la desnatada es la más saludable, los consumidores apuestan más por la compra de leche desnatada por encima de los otros tipos, cosa que explican que se debe, fundamentalmente, al sabor de la misma. No obstante, las tres siguen opciones buenas para prevenir trastornos óseos.