Si quieres un pan casero de los que te dejan con la boca abierta y toda la casa con un olor increíble, esta es tu receta. Eso sí, deberás tener paciencia, porque el secreto está en los levados de la masa.
Ingredientes de nuestro pan casero
- Un kilogramo de harina de la común
- Sal ( unos 20 gramos )
- 650 mililitros de agua
- 9 gramos de levadura fresca ( también puede ser de la seca, pero en ese caso, con 3 gramos es suficiente )
Elaboración
En primer lugar el agua debe estar a temperatura ambiente para añadir la levadura fresca, o la seca. Remueve bien esta mezcla para que quede la levadura muy bien diluida.
En un bol tamiza toda la harina y añade la sal para después incorporar la mezcla del agua y la levadura. Esta mezcla hay que removerla perfectamente para que se quede todo bien integrado y no quede harina sin mezclar.
Posteriormente tapa la masa con film transparente y colócala en la nevera para que repose una media hora. Después tienes que sacarla y remojar tus manos en agua para hacer la siguiente operación:
Coges un poco de masa desde abajo y suavemente la estiras hacia arriba de modo que se de la vuelta en el bol. Así realizas como diez plegados a toda la masa, con las manos húmedas y la vuelves a poner tapada en la nevera.
Repites este mismo paso unas cuatro veces, sin saltarlo, puesto que es muy importante para que el gluten se desarrolle bien y te quede una miga espectacular.
El último toque a la masa
Una vez que hemos realizado estos plegados, deja la masa reposar en la nevera sobre dos horas más sin tocarla. Pasado este tiempo espolvorea un poco de harina en la mesa de trabajo y humedece las manos con agua.
Procede a plegar la masa nuevamente como lo has hecho antes, pero con cuidado de no aplastarla y déjala levar nuevamente a temperatura ambiente tapada por un paño otras dos horas.
Antes de que pase todo el tiempo de levado, enciende el horno a unos 230 grados con calor solo abajo, y coloca un recipiente con agua dentro del horno debajo de la bandeja.
Introduce el pan al horno con calor arriba y abajo más o menos 15 minutos, y luego bájalo a 180 grados durante hora y media. El tiempo de horneado es orientativo, puesto que depende de tu horno.
Una vez cocido, lo dejas enfriar sobre una rejilla, y vas a tener un pan realmente espectacular. El trabajo vale la pena.