El origen de las 12 uvas es casi una tradición de buena suerte en Nochevieja
La costumbre de comer doce uvas durante las campanadas de medianoche en Nochevieja es una de las tradiciones más arraigadas en España, con un origen que se remonta al siglo XIX. Se dice que la práctica nació en Alicante en 1909, cuando un excedente de uvas llevó a los agricultores a promocionar su consumo como símbolo de buena suerte para el año entrante.
El ritual consiste en tomar una uva con cada campanada del reloj, representando los doce meses del año que comienza. Este acto, más allá de su propósito comercial inicial, se popularizó rápidamente por toda España, convirtiéndose en una tradición imprescindible de la celebración de Año Nuevo.
Con el paso del tiempo, la costumbre de las “uvas de la suerte” ha trascendido fronteras, ganando adeptos en países de habla hispana y en comunidades hispanas de todo el mundo. Más que un simple acto simbólico, la tradición encarna deseos de prosperidad, esperanza y optimismo para el año que comienza.
Aunque su origen tiene raíces prácticas, las uvas se han asociado con la buena fortuna en diversos contextos culturales. Este sencillo gesto es hoy un ritual universal que une familias y amigos en una celebración cargada de simbolismo y buenos deseos para el futuro.