El Viernes Santo es uno de los días más sagrados y profundos del cristianismo ya que los fieles conmemoran la muerte de Jesús de Nazaret en la Cruz. Para recordar el sufrimiento del Mesías durante la Pasión, la Iglesia Católica marca ciertas pautas que prohíben poder realizar ciertos actos durante el quinto día de Semana Santa.
Según el Código de Derecho Canónico y la Conferencia Episcopal Española, los cristianos deben guardar ayuno (tomar un solo plato, en la comida o en la cena) y abstenerse de comer de carne el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. El resto de viernes de Cuaresma también se debe guardar abstinencia.
Todos los cristianos que han cumplido 14 años están obligados a abstenerse de comer carne durante esos días; a partir de los 18 años y hasta los 59, los creyentes deben hacer ayuno.
¿Por qué la Iglesia prohíbe comer carne el Viernes Santo?
La Iglesia Católica señala que la carne roja representa el cuerpo de Cristo crucificado. Los cristianos sustituyen la carne por pescado para cumplir con las Sagradas Escrituras. El evangelio de Juan (21:5) dice: «Entonces Jesús les dijo: Hijos, ¿acaso tenéis algún pescado? Le respondieron: No». De esta forma se pretende honrar los deseos de Jesús en vida.
También se hace referencia al pescado cuando Jesucristo obra el milagro de la multiplicación de los panes y los peces para un pueblo entero.
Las comidas de vigilia suelen estar compuestas por pescado, marisco o cocidos sin ningún tipo de carne.
¿Cómo combatir el deseo de la carne?
La Iglesia propone para paliar el deseo de la carne, penitencias como leer la biblia, dar limosna a los necesitados, dedicarse a obras de caridad o de piedad, y las mortificaciones corporales, que pueden ser exteriores (como el ayuno o el uso de cilicios) o interiores.
En este sentido, la Iglesia se refiere a la capacidad de sufrir con paciencia y humildad, como lo hizo Jesús.