Una historia real ha conmovido a las redes sociales, en ella, una profesora cuenta cuál es la dramática situación que le ha tocado vivir en su clase, pero esta se vive en todos o casi todos los colegios. Esta es una escena que deja en evidencia la falta de conciliación en la educación durante estos momentos de la pandemia del coronavirus. Por lo que los niños acuden a las clases enfermos debido a que sus padres no tienen con quien dejarlos.
Profesora cuenta la realidad de los colegios
Una profesora cuenta cuál es la fatídica realidad que se está viviendo en los colegios, en su clase, hasta ocho niños acudieron al colegio encontrándose mal. Esta profesora al ver a los niños les preguntaba cómo se sentían, sin embargo, todos negaban que estuvieran enfermos, hasta que uno de ellos decidió reconocerlo: “Profe, yo me encuentro mal pero mi padre me ha dicho que no te lo diga”, a continuación, los otros siete alumnos de primaria reconocieron que ellos también se encontraban mal.
Esta maestra aseguraba en sus redes sociales que “A todos les habían dado chute de ibuprofeno y al cole», el problema es que ya se les había pasado el efecto. Así mismo, decidieron tomarle la temperatura a todos los niños, ninguno de ellos bajaba de los 38 grados. Esta asegura que incluso “Una lloraba porque le dolía la cabeza. Otro porque no quería que avisásemos en casa.» La profesora acababa de recibir el alta de un tratamiento oncológico.
“Los niños están poniendo por delante de su propia salud, la conciliación laboral de sus familias con absoluta consciencia”
«No juzgo en absoluto a las familias que necesitan ir a trabajar para comer y su único recurso para conciliar es la escuela». Esta es una situación que según la profesora cuenta y asegura, es realmente muy preocupante, ya que «Los niños están poniendo por delante de su propia salud, la conciliación laboral de sus familias con absoluta consciencia”.
«Me preocupa que estemos haciendo a los críos cómplices de la cara más dura de este sistema que penaliza el cuidado y que el debate en materia de salud y derechos humanos gire en torno a si un tenista entra en Australia. Los niños no solo no deben sino que no pueden sostenerlo».
Amanda Arroyo