El paso del tiempo lleva a algunas profesiones a la extinción
Después de pasar una dura pandemia y con la crisis actual, las joyas no son precisamente un producto de alta necesidad. Este sector cayó más de un 41% en 2020 y a pesar de que se ha intentado levantar un poco el negocio, la dura realidad es que cada vez se consume menos. Si bien, hay ciertas temporadas muy buenas en el año, tales como Navidad o el Día de San Valentín, las ventas no crecen tanto como lo esperado.
España es el tercer país que explota más joyas en todo Europa, lo que nos convierte en una gran potencia, pero la profesión de joyero no es tan popular hoy en día. Para estudiar esta especialidad hay diversos cursos y ciclos formativos reconocidos oficialmente, sobre todo, en las ciudades grandes, pero la demanda no es muy elevada, haciendo que se considere una profesión en el borde de la extinción.
Las máquinas ahora son capaces piezas de increíble calibre y mucho más rápidas, cosa que está dejando de lado a los joyeros, quienes están siendo desplazados a las tiendas, los arreglos y la tasación, a diferencia de antaño que se encargaban en muchas ocasiones de crear los diseños y moldear los materiales necesarios.
Por otra parte, ayer, 3 de noviembre, se celebró el Día Internacional del Joyero y Relojero, dos ámbitos que sufren el pasar de los tiempos.
La tecnología empuja la extinción de los relojeros
El sector de la relojería es otro de los grandes afectados por la evolución tecnológica. La creación de smartwatchs que contienen funciones como medir las pulsaciones o la tensión arterial, son claves para muchas personas que se decantan por los relojes digitales. La facilidad de uso, unida con la alta personalización y los datos que te aportan sobre tu salud, han hecho que los relojeros se estén quedando en el olvido, siendo empujados a la extinción.
Los relojes analógicos depende de pilas que hay que comprar e ir para que te las cambien, cosa que en los digitales no ocurre, puesto que, solo necesitas un cargador y un enchufe para poder hacerlo en cualquier sitio. No obstante, todavía quedan un par de relojes que necesitan del cuidado y el mantenimiento de estos profesionales, como el mítico reloj del Sol.