El cambio climático y la contaminación alargan la temporada de polen y los síntomas de las alergias
La llegada de la primavera está marcada por la aparición de múltiples enfermedades asociadas a esta época del año. Además, el cambio climático y la contaminación han provocado que cada vez las temporadas de polen sean más largas, intensificando los síntomas de las personas con afecciones y alergias y reduciendo su calidad de vida.
La subida de temperatura ha provocado que se genere una mayor cantidad de polen y, por consiguiente, el adelanto de las alergias y enfermedades primaverales. A este factor se le suma la falta de lluvia y las sequías a nivel nacional, aunque suponga un retraso la temporada de polinización, provocan una acumulación de la contaminación en la atmósfera y del polen. De hecho, los primeros meses de 2023 han sido uno de los más secos de este siglo. En este sentido, los altos niveles de contaminación de las ciudades favorecen la retención y el transporte del polen en el aire, aumentando el tiempo de exposición a ellos. De hecho, la SEAIC destaca que la contaminación del aire puede incrementar un 30% los síntomas del asma en las personas alérgicas al polen y gramíneas. Una patología que afecta en España a más de 8 millones de personas según indica la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
La contaminación del aire es el factor medioambiental más peligroso para la salud, situándose al nivel de los malos hábitos alimentarios y el tabaco. Aunque los síntomas son más notables en ambientes exteriores, también hay que prestar atención al aire en los espacios cerrados, como las viviendas u oficinas. En este sentido, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico muestra en sus informes que la calidad del aire tiene un impacto directo en la salud y el bienestar de las personas y que, para ello, ventilar mediante sistemas de filtrado de aire es fundamental para evitar la propagación de enfermedades de transmisión aérea y reducir la contaminación existente.
Con la llegada de la primavera, desde Cigna como expertos en salud, ofrecen cinco consejos clave para poder hacer frente a las enfermedades primaverales más comunes:
- Protegerse ante la ola del polen y las alergias. Las alergias se producen por el contacto directo con le polen u otras partículas alérgenas del aire. Suelen afectar a las vías respiratorias, causando inflamación y provocando enfermedades como bronquitis, faringitis, rinitis, sinusitis, conjuntivitis, o asma, entre otras. Las alergias pueden desaparecer al evitar el contacto con el alérgeno. Sin embargo, en muchas ocasionas y si los síntomas continúan, es necesario además tomar alguna medicación como un antihistamínico. Acudir a un especialista es fundamental para poder evaluar la gravedad de la sintomatología y la necesidad e de poner un tratamiento
- Poner la piel a punto para primavera: El aumento de microorganismos, como hongos, virus y bacterias, debido al buen tiempo y la humedad supone un incremento de las enfermedades de la piel. Para evitar su contagio, es importante mantener la piel limpia, hidratada y protegida, especialmente en le caso de tener una herida. En tal caso de usar vestuarios o duchas comunes, hay que tomar medidas preventivas como el empleo de chanclas o desinfectar las superficies de contacto. Además, la protección solar es fundamental para evitar quemaduras.
- Controlar el aumento de la temperatura a la hora de conservar alimentos: Aunque son más habituales en verano, la subida de la temperatura en primavera también provoca un incremento de los caso de gastroenteritis, debido a que la proliferación de los microorganismos en la comida es más fácil . Los síntomas más habituales abarcan desde el dolor abdominal y estomacal, hasta la diarrea, fiebre, malestar general, náuseas y vómitos. Si los síntomas no se alivian o empeoran, es posible consultar con un especialista la necesidad de tratamiento farmacológico. Para evitar estas infecciones, es aconsejable poner atención a la higiene en la cocina y en la manipulación de los alimentos, desinfectar bien todas las superficies y lavarse las manos con frecuencia. Si se va tomar alimentos crudos. es importante lavarse bien las manos
- No olvidar los virus dominantes; la primavera es una estación favorable para la aparición de diversos virus. Entre ellos, es habitual las infecciones por rinovirus que causa el denominado resfriado común, cuyos síntomas son irritación nasal, dolor de cabeza y de garganta, tos y presión en los oídos. También son comunes los brotes de varicela, que aunque mayoritariamente aparece en niños menores de 15 años, también puede darse en adultos si no la han padecido previamente o no se han vacunado provocando erupciones cutáneas, fiebre y cansancio general. Por otro lado, aunque los casos de gripe están disminuyendo, asço como se indica en el último informe epidemiológo del Instituto de SAlud Carlo III, sigue siendo muy superior a los habituales de la época, especialmente los del tipo tipo B. Frente al contagio, es importante tener en cuenta los bruscos de temperatura y el contacto con personas infectadas. Además, es recomendable seguir hábitos de vida saludable, hidratarse bien y abrigarse lo necesario para evitar coger frío, así como cuidar las manchas y heridas cutáneas evitando siempre rascarse.
- Descansar bien, es el mejor aliado que puedes tener durante esta temporada: Con el cambio de presión atmosférica y de temperatura, los dolores de cabeza son más habituales durante la primavera. Asimismo, los síntomas habituales de alergias incrementan la aparición de la cefaleas. En este sentido, un buen descanso y una hidratación correcta ayudan a aliviar las tensiones y los dolores de cabeza.