Desde el 15 de junio de 1951, día en que se abrieron las compuertas del Pantano de Luna de León, son muchas y diferentes las leyendas que a su vez también se abrieron.
Cuenta la leyenda que la noche antes del día 15 de junio de aquel año, un vecino cavó hasta desenterrar a su madre fallecida porque no quería que quedase bajo el agua cuando ésta lo cubriese todo.
La construcción del Pantano de Luna terminó por sumergir muchos pueblos bajo sus aguas, estos son algunos de ellos:
- Arévalo
- Campo de Luna
- La Canela
- Casasola
- Cosera de Luna
- Lagüelles
- Láncara
- Miñera
- Mirantes
- Oblanca
- San Pedro de Luna
- Santa Eulalia de las Manzanas
- TruvaVentas de Mallo
Si pasas por esas tierras en la época de sequía cuando el pantano tiene bajo el nivel de agua, podrás observar los restos de algunos estos pueblos.
Y si además, caminas por el barro que dejan las aguas del pantano al retirarse, encontrarás restos de lo que hace mucho tiempo fueron pueblos con vida, pueblos de los que hoy, únicamente queda el recuerdo de un pasado dormido, e incluso podrás sentir, como dicen los más ancianos, el silencio, silencio que poco a poco habrá conseguido que hables tan bajito que sin darte cuenta, te encuentres casi susurrando.
Fueron millones de litros agua los que dejaron cubiertos los pueblos que las leyendas y el paso del tiempo los han convertido en pueblos fantasmas.
Es cierto que antes de que las aguas cubrieran todo, los vecinos que habían sido avisados con tiempo, debían recoger sus pertenencias pero ¿Y los recuerdos, y sus casas, y sus familiares enterrados en el cementerio? Todo quedaría allí, bajo el agua para siempre.
También se cuentan historias, como que entre las ruinas del pueblo de Oblanca al caer la noche se escuchan voces muy extrañas y gente rezando, o las campanas de los pueblos sumergidos que aun siguen tocando el día de la fiesta, o que cuando el nivel del agua baja se escuchan las voces de los difuntos en sus cementerios, incluso que si a las doce de la noche cuando el pantano deja ver las ruinas te colocas frente a un espejo con dos velas a ambos lados podrás ver el reflejo de tu rostro envejecido.
Claro está, que las historias y leyendas son eso, leyendas e historias pero no cabe duda que marcan un pasado que no debería ser borrado ni olvidado porque es la historia de un lugar que un día tuvo una vida./Axg