Mantener una buena línea y perder esos kilos de más es algo a lo que aspiran millones de personas en España y en todo el mundo. Se nos insiste a menudo que la clave para alcanzar un buen estado de salud y acompañar esto con un buen aspecto estético y una buena figura pasa por una alimentación saludable y la práctica de ejercicio físico de manera periódica, además de no excedernos con hábitos perjudiciales dañinos como el alcohol o el tabaco.
Existen muchos tipos de dieta que son aconsejados dependiendo de las circunstancias de cada persona y un ejemplo de ello son las dietas bajas en carbohidratos, en concreto la dieta cetogénica.
¿Qué son las dietas bajas en carbohidratos?
Las dietas bajas en hidratos de carbono han sido objeto de debate y estudio desde hace más de 50 años. Ya en los años 50, el doctor Ancel Keys situaba el origen de las enfermedades cardiovasculares en el exceso de grasa mientras que John Yudkin mantenía que el principal problema eran los azúcares.
La industria alimentaria puso de su parte para que la opinión pública demonizara las grasas y glorificara los carbohidratos. En la actualidad, los tiempos han cambiado, si hace décadas las dietas bajas en carbohidratos fueron acusadas de aumentar el colesterol y provocar enfermedades cardiovasculares, en el hígado y los riñones, hoy en día incluso destacados estudios científicos validan que una dieta baja en hidratos de carbono puede mejorar la salud de las personas y reducir esos problemas que frecuentemente les asociaban.
De este modo, las dietas bajas en hidratos de carbono y, en particular la dieta cetogénica, consiste en consumir pocos azúcares y mayor cantidad de grasas. La principal argumentación para defender estas dietas es que los hidratos de carbono son un nutriente no esencial, de modo que podemos vivir sin ellos, de hecho, los primeros homínidos no tenían fácil el acceso a azúcares: no consumían ni cereales ni azúcar y la fruta se encontraba en cantidades limitadas, y tanto los tubérculos como las legumbres eran indigestas o tóxicas en estado natural.
Cuando el organismo se priva de estos hidratos de carbono, el cuerpo humano entra en estado de cetosis, que es n periodo en el que las células extraen energía de las grasas. El hígado transforma la grasa en cuerpos cetónicos, que aportan la energía suficiente a los músculos, el corazón y el cerebro.
La dieta cetogénica o dieta keto es aquella que limita al máximo el consumo de azúcares, por debajo de los 50 gramos al día. En este régimen, los hidratos de carbono proceden de las verduras y hortalizas, que tienen una concentración mucho menor de estos nutrientes. Para conocer más sobre esta dieta, podemos entrar en https://www.ccsalud.com/bajar-peso/dieta-cetogenica/.
¿Cuáles son los beneficios de estas dietas?
Los defensores de este régimen alimenticio incluyen como principal ventaja, además de la pérdida de peso, el hecho de que es fácil controlar el apetito. Al basar la ingesta alimenticia en grasas y proteínas, que son alimentos con alto poder saciante, se reduce el apetito y se terminan tomando menos calorías al día.
No obstante, con la dieta keto o cetogénica, la principal ventaja es que se puede perder peso rápidamente y que es posible adelgazar comiendo sano, pues se entiende que el exceso de azúcares puede ser peligroso para el organismo.
Un tercer apunte interesante es que con estas prácticas nutritivas, la dieta que se pierde es subcutánea, y no visceral. La grasa subcutánea es la que se almacena en el organismo y la que se mueve como un flan cuando nos miramos frente a un espejo. En cambio, la grasa visceral es la más peligrosa, la que produce el síndrome metabólico. Con la dieta cetogénica perdemos grasa al tiempo que perdemos peso y eliminamos buena parte del cúmulo de grasa abdominal.
En comparación con las dietas bajas en grasa, las que suprimen al máximo la ingesta de carbohidratos mejoran los indicadores que determinan el riesgo de padecer problemas cardiovasculares: descienden los niveles de padecer colesterol malo y bajan los triglicéridos.
La diabetes, que es una enfermedad muy asociada a la calidad de la dieta, mejora al iniciarse en este tipo de dietas, siempre que se haga de manera controlada y con asesoría de un nutricionista y un doctor. Al tratar la diabetes con dietas cetogénicas se comprueba que existen mejoras en la sensibilidad a la insulina, existiendo casos de reducción de la medicación en un alto porcentaje.
Por último, estas prácticas alimenticias se utilizan desde hace años como tratamiento de la epilepsia infantil y, en los últimos tiempos se estudia cómo es posible mejorar el tratamiento de enfermedades como el Parkinson y el Alzheimer con la dieta keto, pues los cuerpos cetogénicos tienen efectos neuroprotectores.
Siempre es importante mantener una alimentación completa y equilibrada, en la que haya cabida para todos los nutrientes, pero no debemos renunciar a los posibles beneficios de dietas más específicas, como es el caso de la keto.
Digital de León