Hace más de 2.000 años, en la antigua China, el anciano Zhào Míngzé bebía una infusión especial, curativa y estimulante contra sus achaques. Esta bebida provenía de la fermentación del té y poseía un sabor entre dulce y ácido.
Su esposa, Zǐhán, que gozaba de una salud de hierro, la tomaba básicamente porque le gustaba su sabor. Gracias a sus múltiples propiedades beneficiosas, el conocido “hongo de la inmortalidad” o Kombucha se extendió por Japón, Rusia, Europa y América.
Raro sería que no hubiéramos oído hablar de la Kombucha, ya que esta bebida milenaria se ha puesto últimamente de moda y son varias las marcas en el mercado español que la ofrecen.
Sin embargo, aún es una gran desconocida y existen algunos mitos revoloteando a su alrededor: ¿A qué sabe la Kombucha? ¿Es tan sana como dicen? ¿Contiene azúcares añadidos? ¿Qué es en realidad la Kombucha?
¿Qué es en realidad la Kombucha?
La Kombucha es una bebida fermentada que se prepara a base de té. Para que fermente, se le añade SCOBY, un cultivo de bacterias y levaduras. Gracias a este proceso, el té se convertirá en una poderosa bebida rica en probióticos, vitaminas (B1, B2, B3, B6, B12, ácido fólico, C, D, E y K), minerales (hierro, potasio, zinc, manganeso, cobre, calcio, magnesio) y ácidos orgánicos esenciales.
¿Contiene azúcares añadidos?
La fórmula para elaborar Kombucha requiere azúcar, pero el azúcar es necesario para alimentar al SCOBY en el proceso de fermentación. Sin azúcar, esta no se produciría. Por lo tanto, después de la misma, quedan solo cantidades residuales de este azúcar. “En una segunda fermentación es cuando le añadimos los sabores deseados con nuestros zumos que prensamos en frío en nuestro centro productivo”, explica Teresa Carles, Directora de I+D y fundadora de Flax & Kale.
“Nosotros no añadimos azúcar, el que hay es el proveniente de forma natural de los zumos utilizados para la saborización de las Kombuchas y cada una ofrece una experiencia distinta de auténtico refresco; este es el valor añadido de nuestras Kombuchas”, matiza Teresa Carles, Directora de I+D y fundadora de Flax & KalCarles.
El delicado proceso de elaboración de estos zumos consiste en que se tritura la fruta sin producir calor y así se evita la oxidación de esta y se conservan todas sus propiedades. Las Kombuchas de Flax & Kale son bajas en azúcares (menos de 2,5 gramos los 100 ml). Y si un refresco azucarado ronda las 42 kilocalorías, estas Kombuchas contarían alrededor de las 17.
¿Es tan sana como dicen?
“Existen evidencias firmes de los beneficios para la salud del consumo de alimentos fermentados”, explica Mireia Cervera, nutricionista de Flax & Kale. Y resulta que la Kombucha es una bebida fermentada. Así, según un estudio de la Escuela de Medicina de Stanford, una dieta rica en alimentos fermentados mejora la diversidad de la flora intestinal y contribuye a disminuir la inflamación.
La flora o microbiota intestinal es la responsable de actividades metabólicas que sirven para recuperar energía y nutrientes y fortalece el sistema inmunitario.
Pues bien, en el ensayo clínico de Stanford, a 36 adultos sanos se les asignó aleatoriamente una dieta de 10 semanas que incluía alimentos fermentados o bien ricos en fibra. Los que comieron yogur, kéfir, requesón fermentado, kimchi y otras verduras fermentadas, bebidas de salmuera vegetal y té de Kombucha vieron su flora intestinal notablemente aumentada en su diversidad.
Según Justin Sonnenburg, profesor asociado de microbiología e inmunología responsable del estudio, “este hallazgo es un ejemplo de cómo un simple cambio en la dieta puede remodelar por completo la microbiota en una persona adulta sana”.
“La Kombucha, muy rica en probióticos, organismos vivos que alimentan a la flora intestinal y refuerzan nuestras defensas, es energizante gracias a su contenido en vitaminas del grupo B”, dice Cervera.
Además es desintoxicante gracias a los enzimas, las bacterias y otros metabolitos secundarios del proceso de fermentación; antioxidante, por los compuestos del té verde y negro aumentados durante la fermentación; digestiva, por las bacterias que ayudan a asimilar los alimentos y reconstituyente, por los componentes que vimos antes.
¿A qué sabe la Kombucha?
Lo decíamos al principio de este artículo. A Zǐhán, la anciana de la China milenaria, le encantaba el sabor entre dulce y ácido de la Kombucha. Esa acidez, como un ligero sabor a vinagre, proviene de la fermentación. Por ello, a algunas personas que han probado la Kombucha, su sabor no les ha convencido. Algo de lo que en Flax & Kale se han dado cuenta y han sacado 5 modalidades diferentes al mercado en los que el sabor destaca por encima de todo gracias a su segunda fermentación con zumos cold-pressed.
Los 5 sabores de Kombucha Flax & Kale
KOMBUCHA ORANGE FANTASY
Con naranja y limón para lograr la máxima dulzura de forma natural.
KOMBUCHA LEMON FANTASY
Limón y lima para los que necesitan energía y frescor.
KOMBUCHA DRAGON LEMONADE
Además de los cítricos clásicos, esta modalidad lleva pitaya, una fuente de antioxidantes naturales y vitaminas muy refrescante.
KOMBUCHA BLUE MOJITO
Mezcla yuzu, una fruta dulce parecida a la mandarina, y espirulina, un tipo de alga considerada como un superalimento debido a su excelente fuente de vitaminas, minerales, antioxidantes y proteínas.
KOMBUCHA KOMBUCOLA
Una de las creaciones más nuevas de Flax & Kale, refrescante, energizante y revitalizante y también con una fórmula secreta como la bebida que todos conocemos.
¿En qué momento se toma la Kombucha?
A la hora del vermut, acompañando una ensalada, una pizza o mientras nos damos un baño en la piscina. Cualquier momento es bueno para disfrutar de una Kombucha. “Una al día sería la cantidad óptima para notar los beneficios de esos probióticos en nuestra microbiota intestinal.
Y además, nos ayudará a hacer mejor la digestión si la tomamos antes, durante o después de la comida”, aconseja Mireia Cervera. “También la podemos mezclar con otros zumos, hacer un cóctel, un batido y hasta un helado. Hay Kombuchas para todos los gustos. ¡La imaginación al poder!”, dice Teresa Carles.