Las riñas entre vecinos son más que habituales en los bloques de viviendas, pero en esta ocasión, el cúmulo de notas que se han ido colocando en el cristal de un ascensor no ha dejado a nadie indiferente. Todo comenzó con una queja acerca de los lamentos de un bebé día sí y día también, una situación que cómo bien sabemos los que vivimos en un piso y no en una casa, no es lo más cómoda cuando lo que quieres es llegar a tu vivienda y descansar después de un duro día de trabajo.
Un mensaje atronador que rezaba un «Por favor consideren llevar al bebé al médico. Quizás necesita atención» provocó una verdadera guerra entre varios vecinos del bloque. Los mensajes se fueron sucediendo en diferentes notas, para finalmente zanjar el tema defendiéndose los acusados con un «en la ordenanza municipal no se indica que a partir de una hora un recién nacido no puede llorar», adjuntando la propia ordenanza para que la persona que se quejaba pudiera leerla tranquilamente.
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