Mucha gente, quiero pensar que se ha levantado por la mañana y mientras desayunaba disfrutaba del momento realizando un crucigrama. Y es que ahora en la actualidad lo vemos como algo muy sencillo pero la persona que lo ideo no le parecería tan fácil tener la idea. hoy os traemos la historia de los crucigramas.
Historia de los crucigramas
En Inglaterra en el siglo XIX, llegó a existir un juego infantil que se conocía como el cuadro mágico. Consistía en la situación de un grupo de palabras las cuales según su posición se podían leer horizontal y verticalmente. En esa época era un juego sencillo que no tenía las dificultades que tiene hoy en día. Aquél juego daba un número de palabras exacto para poder suponer una dificultad al espectador y así poder entretenerlo.
Las primeras publicaciones de crucigramas
En el año 1873 la revista estadounidense St Nicholas Magazine comenzó a hacer uso de publicaciones relacionadas con estos puzzles, pero con una pequeña diferencia de los vistos en Gran Bretaña. Hyperion era la firma que encontrábamos en la revista. En ese momento las respuestas solo podían apuntar a un lado en vez de los conocidos cuadros que tenemos en cualquier crucigrama que encontremos.
Veinte años después de las publicaciones en Nueva York, en la última década del siglo XIX en Italia se publico otro tipo de juego que estaba basado en el Sator. Este era un cuadro de palabras que contenía en su interior un multipalíndromo. Para quién no lo sepa el significado de esta palabra es que se lee igual desde ambos sentidos.
Ya existían crucigramas cuando Pompeya tenía vida
El periodista italiano se apoyo en un hallazago encontrado en Pompeya para realizar un cuadro compuesto por cuatro letras. Presentaba un acertijo que daba pistas que permitían hallar palabras ocultas.
La llegada del rompecabezas
No fue hasta en 1913 Arthur Wynne periodista aficionado a los rompecabezas. Cuando trabajó en el periódico de New York World propuso realizar una idea que consistía en un juego llamado rompecabezas de palabras cruzadas.
Los crucigramas tomaron su nombre con un acertijo en forma de diamante en el que el lector debía de adivinar palabras situadas a diferentes longitudes en la numeración de las diferentes longitudes de forma horizontal y vertical.
Sergio Requejo