Ya ha empezado el frío, y cuando vas de casa al colegio o a hacer recados, siempre con prisa, le sientas a tus hijos en su sillita homologada, de su tamaño, piensas que con esto es suficiente, pero hay un error: ¡no le quitas el abrigo!
Son muchas las personas que sientan a los niños en su sillita con el abrigo puesto, sin darse cuenta de que este simple gesto puede poner el peligro la vida del pequeño.
El abrigo, ejerce una ‘barrera ficticia’ entre el niño y el cinturón de seguridad. Apretamos el arnés, pero en realidad lo apretamos sobre el abrigo mullidito, no sobre su cuerpo. En realidad, el abrigo, es mucho más fino de lo que aparenta. Al final es como es una cámara de aire que ante un impacto ‘se desinfla‘. El resultado: el arnés del pequeño está suelto. Queda espacio suficiente para que el niño salga despedido del vehículo.
Las pruebas realizadas en simulación de un accidente con muñecos que presentan niños sentados con el abrigo puesto, son escalofriantes. A cámara lenta, puede observarse con total nitidez el efecto a sólo 50 kilómetros por hora. El muñeco sale despedido del coche.
Vídeo de la simulación de un accidente de coche con un niño con abrigo puesto:
Llevar a nuestro hijo sentado en su sillita con el abrigo puesto, aumenta hasta en un 80% la posibilidad de que pueda salir despedido del coche ante una frenada brusca.
Los expertos recomiendan esta prueba para saber si el niño está bien sujeto: si puedes pasar dos o más dedos por debajo del cinturón a la altura del hombro, tu hijo no está seguro.