La pérdida del pelo es uno de los efectos secundarios de la quimioterapia más traumático para los pacientes de cáncer. Un sistema de enfriamiento del cuero cabelludo aplicado durante las sesiones de quimioterapia evita la caída del cabello como consecuencia del tratamiento, con una efectividad de entre el 40 y un 90% dependiendo del tipo de fármaco utilizado (antraciclinas o taxanos).
El procedimiento, que también es efectivo en ceja y pestañas, se aplica mediante un gorro de silicona por el que circula un líquido refrigerante que se conecta a una máquina que mantiene la temperatura óptima.
De esta manera, el cuero cabelludo alcanza una temperatura de entre 19 y 21 grados a nivel de la piel provocando que los tóxicos de la quimioterapia no lleguen o lo hagan en un bajo porcentaje a las células del folículo piloso.
Provoca un doble efecto: por una parte reduce el aporte sanguíneo por vasoconstricción de los vasos sanguíneos (cierre parcial) y, además, produce un cierre de la membrana celular al paso de cualquier tóxico que le llegue. «Produce una citoprotección frente a los quimioterápicos», ha señalado el doctor César Sebastián, presidente de Oncobel, la empresa que ha implantado en España el sistema, denominado Paxman.