El fraude eléctrico nos afecta a todos por igual aunque no seamos nosotros los que lo cometemos, ya que también entra en juego nuestra seguridad, además de la cartera.
Desde el 2010, es un problema urgente, es necesaria una solución inmediata, aunque los organismos implicados están aplicando las medidas para solucionarlo, no es suficiente.
La mayoría de estas estafas están localizadas en negocios, industrias y particulares con un consumo elevado fuera de lo normal, lo que supone más de 100.000 fraudes.
También es cierto que las compañías eléctricas lo combaten con planes especiales y realizan inspecciones de campo recurriendo a la utilización del Big Data.
El fraude eléctrico, cada vez más controlado
Consiste en comparar el histórico del consumo de las instalaciones similares, y si hay una desviación importante de los registros, se envía una inspección in situ para que verifique si hay manipulación.
El hecho de manipular la instalación para consumir más y pagar menos afecta a la seguridad de todo el mundo, porque las personas que viven cerca pueden sufrir las consecuencias.
Una manipulación del cableado de las instalaciones, queda en mal estado, y se pueden producir incendios graves, con la pérdida de vidas humanas, o electrocución.
También afecta a la cartera de todos, ya que, según la regularización actual, carga sobre el conjunto de consumidores las pérdidas que genera el robo de electricidad.