¿Realmente las cuchillas son peor opción de depilación?
Ahora que entramos en pleno otoño cerca de Navidad, muchos ya estarán comprando los trajes y vestidos para disfrutar de los esperados días de fiesta y reuniones familiares. Aunque ahora hace bastante frío, una vez entras a una casa o empiezas a moverte un rato al ritmo de la música, comenzamos a sudar sin parar. A pesar de que el bello no se ve por las capas de ropa o la manga larga, en invierno también es muy común depilarse para evitar una alta sudoración. Es ahí cuando entran las opciones de afeitado, siendo las cuchillas la opción más rápida y la más conocida.
Estas pequeñas máquinas, cuya constitución se basan en una cabeza simple y una cuchilla, además, son fáciles de llevar a cualquier lugar y su uso es tan simple como pasarlo por la zona que quieras depilar.
¿Cómo usar las cuchillas?
Si bien, tras varios usos han de tirarse a la basura por motivos tanto higiénicos como de eficacia, el plástico del que está compuesto es bastante nocivo para el medioambiente. Es por ello, que muchos están en contra de su práctica, porque creen que es un desgaste demasiado habitual. Por otra parte, si no se recambian las cuchillas cada cierto tiempo, la piel muerta que arrastran y que por mucho que laves se queda en algunos orificios de la máquina, pueden producir diversas infecciones.
Las cuchillas funcionan para que el pelo no se vea, pero la raíz sigue intacta, por lo que con el tiempo irá creciendo de nuevo. Esto no implica que te vaya a crecer más fuerte, puesto que, lo que se corta en un primer momento es la punta visible, que al crecer no crece en punta, sino que se ve el tallo, dando impresión de que son cabellos gruesos.
No se ha comprobado científicamente que su uso haga que crezcan más pelos o más frecuentemente. Sin embargo, hay otras opciones con una mayor vida funcional como las maquinillas eléctricas, que no desperdician la base, solo recambias la cuchilla y ya, o como el láser que mata directamente la raíz para una mayor duración.