Justo ayer, día 4 de septiembre, fue el Día Internacional del Buitre, efémeride que sirve para recordarnos la gran importancia de este animal para nuestros campos y también lo amenazadas que se encuentran todas las especies de buitre en nuestro país. En España tenemos la suerte de albergar hasta 5 especies diferentes: el buitre leonado, el buitre negro, el buitre moteado o de Ruppel, el quebrantahuesos y el alimoche.
Estas aves son indispensables para el ser humano
Los buitres son aves que nunca han tenido muy buena prensa ni han sido muy admirados, ni por su físico ni por sus hábitos carroñeros, pero que con el paso del tiempo la mayoría de la gente ha descubierto que son de vital importancia para nuestros campos, ya que cumplen una función básica e indispensable, como es la de limpiar la carroña evitando así la propagación de parásitos o insectos y, con ello, las plagas o infecciones peligrosas para los humanos.
El quebrantahuesos es uno de los más emblemáticos de España
Sin duda, uno de los buitres más emblemáticos de nuestro país es el quebrantahuesos, una de las especies más amenazadas, que está catalogado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como «casi amenazado», categoría muy cercana a las de vulnerable, en peligro o en peligro crítico. Este animal podemos contemplarlo en la Cordillera Cantábrica, de la que forma parte nuestra Montaña Leonesa, y en los Pirineos.
Todas las especies se encuentran amenazadas
El alimoche lo podemos encontrar en la mayor parte de la Península Ibérica; sin embargo, esta especie sí se encuentra en peligro de extinción. Por su parte, el popular buitre leonado fue perseguido durante décadas hasta casi el punto de desaparecer pero se ha recuperado sorprendentemente, aunque eso no quiere decir que esté fuera de peligro, ya que los cambios en su hábitat natural y el uso del veneno son una amenaza constante para ellos. Además, también existen otras amenazas para todas las especies, tales como el uso de fármacos de uso veterinario, el choque contra líneas eléctricas y molinos eólicos o la desaparición de la ganadería extensiva.
Franco Dávila