Los precios son cada día más altos, y a pesar de que todavía no hemos entrado en pleno invierno, el frío ya se empieza a notar. Con el problema del gas debido a la guerra de Ucrania y otros motivos, nuestro país, como muchos otros, está pasando una crisis energética que ha desembocado en que los altos mandos hayan decidido comunicar unas medidas de ahorro. No obstante, a nivel individual cada hogar puede tener sus propias formas para reducir los gastos de la casa. La calefacción es algo primordial para ciertas zonas más frías, y la mejor forma de ahorrar no es simplemente no utilizarla, puesto que, no sería viable vivir en esas condiciones.
Los expertos explican que para que la calefacción se ponga en marcha, al principio va a consumir mucha energía, es como si se tratase de un tirón, pero luego se regularía y se mantendría consumiendo de forma constante. Aunque mucha gente crea que la mejor decisión es apagarla cuando uno no está en casa, lo que va a provocar es que la vivienda se enfríe y luego sea más complicado volver a subir los grados. Tampoco es mejor dejarla de forma constante a altas temperaturas, sino a un punto medio, lo aconsejable es bajarlo un o dos grados de lo habitual, pero no demasiado como para que se apague.
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